Bargas - Toledo

Creo que nadie ha hablado en este foro de nuestro "Santiago el Confitero" que nos dejó hace unos días y creo sinceramente que se merece que le recordemos.


https://ww.abc.es/20121011/toledo/abcp-muerto-buen-confitero-20121011

Borrado por su Autor.

Gracias, Sr. Saladino. Me ha emocionado, la verdad.
D.E.P.

Homenaje del Ayuntamiento para esta gran persona que fue.

PARA TODO EL FORO CON EL MÁS GRATO, NOSTÁLGICO, CARIÑOSO Y SENTIMENTAL RECUERDO

A SANTIAGO "EL CONFITERO"

La poesía, una de las cosas buenas que capta y encierra, es que todo lo que se tiene que decir, lo dice en pocas líneas con sonoridad y musicalidad y de forma precisa, conisa y sucinta.

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“Al Confitero”


Esta es la dulce historia
de una saga pastelera;
y lo digo con euforia:
¡Familia gran confitera!

A Don Pablo, el pastelero
que de Ajofrín emigró
a Bargas de confitero,
¡Cuántas lagrimas costó!.

Puso toda la ilusión,
afán, trabajo y empeños
de su oficio y profesión,
en endulzar a bargueños.

Trajo del pueblo inventado
un secreto guarnecido;
y en Bargas, ilusionado,
le dio vida y contenido .

Es un pastel horneado,
exquisito y especial,
que en España ha patentado
como dulce excepcional.

-¿Cómo llamar al esmero,
de hechuras tan exquisitas? - ,
-de Don Pablo el “Confitero”:
Alguacil, las “Marquesitas”.

¿Qué nombre dar a la tienda
de Ajofrín, saga nativa?
Don Pablo a Dios se encomienda
y ¡Albricias!: “La Positiva”.

Demuestra aquí su valer,
su oficio y artesanía,
cuando hace al horno cocer
con delicada maestría.

Le costó mucho vencer
la inercia de los bargueños,
hasta que los vio acceder
a su tienda, con su empeño.

Entonces Bargas tenía
hambre, miseria y atraso;
o sé cómo se podía
comer y salir del paso.

Con tesón y sacrificio
todo Bargas ya es cliente;
premiando su arte y oficio:
“Cum laude”, Sobresaliente.

Don Pablo, muy consecuente,
su negocio, establecido,
le deja a su nieto, consciente
de haber su deber cumplido.

Santiago no se amedrenta,
saca el negocio adelante,
a todo el pueblo contenta
con su gran marca triunfante.

Fue su mujer compañera,
Felisa, muy inteligente;
y en el horno repostera
gratísima con el cliente.

Como buen padre, le encarga
a sus hijas el secreto;
conservando para Bargas
y su producto, el respeto.

Este obrador gran artista,
¡Santiago, con garra y maña!
ve que su marca conquista:
fama y mercado, en España.

José-Mª del Salado Rodríguez de la Pica Bargas – septiembre - 2009

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La dedicada de ROSELL

"Ha muerto un buen confitero"


" Tercera generación,
de maestros confietros,
Santiago senos marchó
a hacer glorias al cielo;p
pues allí su exquistez
la añoran casto y buenos.

Tercera generación
de un siglo de confietros
que comienza otra cebnturía
en sus nobles herederos.

Y menos mal que Santiago
no se llevó para siempre
el secreto de su abuelo;
el señor Pablo, perito
en sublimes golosinas,
coloquial "tío Confitero".


Tan buenas como Santiago,
quedándonos "Marquesitas"
nos iremos de rositas
de este mundo tan aciago.

¡Oh tan genial repostero
que nos salvas del amargo:
Con tus pastas "favoritas"
los males son menos malos.

José Rosell Villasevil
Potea bargueño e ilustre Cervantista
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"Marquesitas"

LAS “MARQUESITAS” DE BARGAS

Fue Don Pablo Alguacil, “El Confitero”,
quien creó las bargueñas “Marquesitas”
que hoy vuelan con renombre de exquisitas
al último confín del mundo entero.
Con bizcocho amasado con esmero
y cocido en papel, como en tacitas,
son, para el paladar de sibaritas,
el más fino manjar de un repostero.
Según dicen los dignos descendientes
de quien fue, hace cien años, su inventor,
son la almendra y los huevos ingredientes

que aportan tal delicia a su sabor;
pero es Pedro Alguacil quien a sus clientes
les da su alma y afán en su labor.

Juan Pintor Pintor
Maestro y poeta
(Cuenca) - 2009

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SALADINO

Murió Santiago Alguacil, confitero de Bargas.
En el mundo a través del tiempo han ocurrido historias de los más variopinto; digo esto porque me estoy acordando de la sublime película y fantasía “Historia interminable” de Wolfgan Petersen; de esas que resultan delicias de nunca acabar; pues de nunca acabar puede ser otra de tipo dulce y también puede ocurrir el que empiece en un lugar del que si se acuerdan los bargueños, toledanos, ajofrineros y sonsecanos.
Allí, en Ajofrín empezó esta dulce historia con un personaje que hizo historia, aunque no de la buena porque no fue en su pueblo, sí muy dulce porque describe las amarguras de un confitero para endulzar la vida de un pueblo ajeno no acostumbrado a estas melindreces, Bargas. Todo empezó allá por el 1907 y ante las penurias de la familia el señor Pablo Alguacil coge los bártulos y la fórmula secreta, debajo del refajo; cargado de fe en el futuro que tiene por delante, decide echarse la manta al hombro y junto con su esposa, Justa, echarse carretera y manta hacia otros confines y lugares a donde el viento le lleve, pero sin perder el norte (en donde aparcar), pues confía en que Dios está en todas partes. No perdiendo la esperanza, aparcó en este pueblo. ¿Qué porqué se vino a Bargas?, creo saber, por dos razones, una, el que en Bargas no había una confitería con qué endulzar la vida y carácter rural de sus moradores; otra y principal, la más poderosa, el que al enterarse del proyecto de estación principal de zona del ferrocarril Madrid-Cáceres-y empalme transbordo Bargas- Toledo. El señor Pablo como venía con la esperanza y, sobre todo, con la fe en la victoria en que su pequeño negocio iba salir adelante, echó sus cuentas, lo concibió así y, ni corto ni perezoso, compró un terreno y construyó una nave, en la misma estación de Bargas, para instalar allí su fábrica-horno de confitería con la ilusión de que al ser un transbordo de volumen apreciable de viajeros, correo y mercancías habría cierto volumen de potenciales clientes y así lanzar su marca y posterior residencia en Bargas.
Con la idea de no estar solo en el horno y con la ilusión de enseñar su oficio artesano para que su fundación persistiera el tiempo, se trajo a uno de sus nietos, Pedro, más conocido por Santiago. Al negocio le puso un nombre “LA POSITIVA” y que pronto adquirió grandísima fama en todo Toledo por su esmerado horno artesano del mazapán y como producto estrella, las populares “Marquesitas”. Como el negocio no daba para mucho y había que criar a su prole y nietos, se buscó otro empleo accesorio como fue el de corresponsal en el pueblo de varios bancos nacionales de Toledo: Central, Banesto, Hispano….etc, en el cual llegó a tener gran clientela por su demostrado trabajo, honradez y seriedad.
Cuando ya de mayor, traspasó la confitería y la corresponsalía bancaria a su nieto predilecto, Santiago, quien pronto demostró el haber superado a su ilustre abuelo y maestro, tanto que, bien pronto, se ganó el plácet, aplauso y cariño de todos los bargueños y ayudado por su guapa, afanada y dulce esposa, Felisa, que tantas horas pasó en el mostrador esperando a los clientes con la sonrisa, simpatía y el buen trato para con la clientela, ya afamada en España. Es de resaltar que junto a sus dotes de artesano de la pastelería, especializada en el mazapán, desarrolló el cargo de hermano mayor tesorero de la Hermandad del Cristo de la Sala durante bastantes años, siendo ejemplo de seriedad, honradez y pundonor en todo Bargas.
Cuantos sinsabores habrá tenido que aguantar y soportar (no quería que le llamaran Santiago, contestando “que yo no soy Pedro ni Santiago”, que “soy el tío confitero”, como a él le gustaba que le llamaran), para endulzar la vida rural del bargueño, no acostumbrado a estas melindreces. Santiago ha sabido continuar la saga pastelera de su ancestro y recrear, inventando nuevas formas de pastelería y cumplir con el mandamiento del buen artesano tal como es el de haber realizado en sus propias hijas, el mejor signo de continuidad del buen hacer, fe e ilusión en el negocio.
Se nos fue Santiago, aunque anímica y espiritualmente se ha quedado entre nosotros, sus clientes y sus amigos por su bondad, cariño y el que Dios le ha dado el amargor más dulce de un oficio, como es el de endulzar la vida rural de sus queridos paisanos. Allí a donde haya ido, a la dulce gloria, a endulzar la estancia de los bargueños que le precedieron con sus especialidades: el mazapán y las deliciosas marquesitas y como, no, estando en el cielo, el “cabello de ángel”.
¡Adiós Santiago!, aquí dejas con nosotros, a tus amigos, recordándote en las comidillas con tus dos platos favoritas “Buey con habas” y “Trompa de elefante”..

Aun recuerdo a Felisa en el mostrador de la Positiva y a Santiago en el del Central.

Buenos tiempos aquellos, incluso, para ser forastero, juas.