Las Parras de Castellote - Teruel

Paliza brutal por unos pocos euros
Unos encapuchados apalean a una familia para sustraer unos 200 euros

A. LORENZO FACI / Las Parras
Una familia de Las Parras de Castellote sufrió el lunes por la noche un grave episodio de robo con violencia, cuando unos encapuchados entraron en su casa y les propinaron una brutal paliza que llevó al padre y al hijo mayor al hospital. Los asaltantes se llevaron unos 200 euros.

Los hechos comenzaron sobre 22:15 horas de lunes, momento en el que cortaron la línea telefónica de todo el municipio. Al cuarto de hora entraron por la puerta del domicilio ubicado en la calle Rincón, número 15, donde la familia desarrolla su actividad en una pequeña explotación agrícola y ganadera.

Se dividieron en dos grupos, uno entró en una cocina habilitada en un almacén junto a la casa. Allí se encontraban cenando los dos padres y el hijo menor. Mientras, otros se colaron en la vivienda para sorprender al hijo mayor, que descansaba en su habitación.

No han podido asegurar el número exacto de asaltantes, aunque las cifras bailan entre seis y ocho. Todos iban vestidos de negro con la cara tapada, guantes, pistolas y otros objetos contundentes. Se dirigían a las víctimas en castellano, pero entre ellos conversaban en otro idioma. Los indicios apuntan a los países del Este, como lugar de origen de los individuos.

La característica fundamental del delito residió en el alto grado de violencia que utilizaron los autores. Amordazaron a los inquilinos y les golpearon con bates de beisbol y con la culata de las pistolas, además de utilizar puños y piernas.

Mientras amenazaban de muerte a sus rehenes, les preguntaban por el dinero y ponían patas arriba la casa en busca de objetos de valor. La familia Buñuel Blasco sólo contaba con unos 200 euros en metálico para los gastos semanales. “Uno de los chicos les dijo que podían preparar un talón y entonces le pegaron más fuertes”, recordó el alcalde de la localidad, José Bolivar.

En media hora, los delincuentes salieron del lugar sin dirección ni destino conocido y sin ser vistos por ningún vecino. Cuando los delincuentes se marcharon, el hijo que se encontraba en su habitación trató de desatarse raspando las ataduras. El hijo menor logró romper la mordaza y acercar a su padre un cuchillo con la boca para que le ayudar a liberarle.

Rápidamente bajaron a la calle y avisaron a un vecino y al alcalde. Antes de la doce de la noche recibía una llamada el Centro de Salud del Mas de las Matas y se puso en marcha a los servicios de socorro y a la Guardia Civil.

Lesiones graves

Los golpes sufridos obligaron el ingreso en el Hospital de Alcañiz de dos miembros. El diagnóstico habla de cinco costillas rotas y un ojo afectado en el caso del padre. Su primogénito recibió 70 puntos en la cabeza por brecha abierta al romperle un bate de beisbol. Además, hoy será operado de una rodilla totalmente destrozada.

Los golpes, magulladuras y contusiones cubren los cuerpos de los cuatro afectados, si bien madre e hijo menor no requirieron atención hospitalaria.

Investigación policial

La Guardia Civil ha montado un dispositivo de control en todo Teruel para la localización y detención de los autores. Si bien es cierto que el límite con la provincia de Castellón se encuentra a escasos 20 kilómetros de Las Parras. Las diligencias se instruyen en el juzgado número 2 de Alcañiz.
Los afectados
- Miguel Buñuel Temprano 79 años
- Patrocinio Blasco Capilla 75 años
- Miguel Buñuel Blasco 45 años
- Manuel Antonio B.B. 43 años
Lugar apartado y de fácil acceso
La familia Buñuel Blasco cuenta con una explotación ovina y agrícola para la cual dispone de varios pabellones junto a su casa, situada en las afueras de Las Parras de Castellote, en dirección a Aguaviva. En el momento de la agresión, el primogénito se encontraba en la vivienda pero sus padres y hermano estaban en una especie de cocina-sala de estar, habilitada en un almacén cercano y muy utilizado en la convivencia diaria. El recinto se encuentra ligeramente aislado del casco urbano, e incluso cuenta con camino particular de acceso desde la carretera provincial. Hay perros a la entrada, pero apenas reaccionan ante la presencia de extraños.
Los asaltantes conocían el lugar
Como los vecinos no han visto extraños merodeando por la zona, algunos apuntan a la posible complicidad de la mujer rumana que tenían contratada para ayudar a la madre, quien apenas podía andar, y que fue despedida el pasado viernes. Y es que según fuentes consultadas, la rapidez y decisión en los actos de los asaltantes dan a entender que conocían el entorno y las costumbres de sus moradores. Además, no rompieron ni forzaron accesos debido a la costumbre de los habitantes de dejar las puertas abiertas.
“Si no llegan a desatarse, alguno estaría muerto por la mañana”
Los vecinos se muestran incrédulos e inquietos por la gravedad del suceso

A. L. FACI / Las Parras
Las Parras de Castellote vivía ayer una masa de sentimientos que iban desde la incredulidad a la inquietud, pasando por la rabia, la inseguridad y sobre todo la solidaridad hacia los afectados. Aunque la procesión iba por dentro, pues pocos se atrevían a expresar sus emociones.

Este municipio de la comarca del Bajo Aragón tiene unos 90 habitantes censados, incluyendo el barrio de Jaganta, que vieron su tranquilidad turbada por un suceso que afectó al vecino de al lado cuando normalmente suele aparecer en la lejanía y la frialdad de un informativo de televisión.

“Con lo tranquilos que vivimos ha tenido que pasar aquí, donde la confianza entre vecinos nos convierte a todos casi en familia. Ahora estamos intranquilos”, comentó el primer edil, José Bolivar, pues lo que más sorprende es que “todavía no estamos seguros del motivo de esta brutalidad”.

Y es que los miembros de familia Buñuel Blasco “son ganaderos que trabajan los 365 días del año para salir adelante, no son grandes empresarios ni nada parecido”, apuntó Raúl, el primero en llegar al lugar de los hechos, junto con Bolivar, cuando el hijo salió a pedir ayuda.

A pesar de la gravedad de lo sucedido, el alcalde recordó que “he visto a la familia fuerte” e incluso destacó su valentía “porque si no llegan a desatarse, con la cantidad de sangre que estaban perdiendo, hubiéramos encontrado alguno muerto por la mañana”, destacó.

Entre los habitantes había opiniones como la de Ramona, que vive “en la parte alta del pueblo y casi no salgo de casa. Me pudo pasar a mi y eso asusta un poco”, aseguró.

En este sentido, Raúl valoró que “pueden tener más posibilidades de que entren a robar si la casa está aislada y con una carretera particular de entrada, pero hay mucha gente que tiene su vivienda en las mismas característica”, señaló.

Cambio de costumbres

Raúl todavía tenía en su mente la imagen dantesca del interior de la casa revuelto y sus habitantes manchados de sangre. “Les han dado una paliza brutal, les pegaron por todas partes sin motivo aparente”, remarcó.

Todos los vecinos reconocen la facilidad a la hora de entrar en Las Parras porque la gente deja la casa y el coche abierto y con las llaves puestas. Pero este suceso “cambiará las costumbres de convivencia entre nosotros y también hacia los inmigrantes”, sentenció.

“Esto tardará tiempo en olvidarse, pero a ellos les durará toda la vida”, reflexionó en voz alta, Ángeles, otra vecina de Las Parras.
La banda de la excavadora actuó en tres pueblos
El asalto a una familia en Las Parras de Castellote tiene su precedente en los golpes cometidos por la denominada banda de la excavadora, que actuó en Peñarroya de Tastavins, Castellote y Bronchales, aunque sin causar daños personales.

Hasta la detención de sus presuntos integrantes en Cataluña, la banda, formada por hombres procedentes del este de Europa, habría cometido más de cincuenta asaltos en Tarragona, Murcia, Castellón, Valencia y Teruel.

El modus operandi del grupo de delincuentes consistía en actuar en localidades donde no hay presencia de las fuerzas de Seguridad del Estado. Robaban maquinaria pesada en la misma población o en otra cercana y, tras cortar las carreteras de acceso con árboles cortados u otros obstáculos para impedir el paso de la Guardia Civil.

Después, con tractores o excavadoras, reventaban sucursales bancarias y se llevaban las cajas fuertes para tratar de abrirlas posteriormente en un lugar alejado.

En la provincia de Teruel, los ladrones sólo lograron hacerse con el botín, de 50.000 euros, en Castellote. En Peñarroya y Bronchales tuvieron que dejar las cajas fuertes al verse acosados por la Guardia Civil.

www.diariodeteruel.net/hoy_noticia/hoy_noticia_notic1.htm

Mi solidaridad con la familia afectada. Esto es una verguenza, España es el pais de la pandereta, solo campa el delincuente. Mano dura ¡YA!