Andorra - Teruel

El periodista que se infiltró entre skins y luego se travistió de islamista encuentra a los "hermanos" españoles de Breivik. No es casualidad que en su manifiesto mencione a Canduela.


Yo te conozco, camarada Anders. A ti y a muchos como tú. Mientras leo tu “Manifiesto 2083: Declaración de Independencia europea”, mientras observo los videos que subiste a la red poco antes de tu acción de “martirio”, siento que te conozco. Leo acongojado tus argumentos alertando de la invasión de Europa por los musulmanes, los marxistas y el multiculturalismo, y no puedo evitar ponerle música a tu discurso. En mi memoria resuena la voz de Manuel Canduela, actual presidente del partido ultraderechista Democracia Nacional, pero también líder y cantante del grupo de “rock patriótico” División 250:“Tierra de celtas, etruscos y aqueos. Tierra de iberos, germanos y guerreros. Tierra del honor, de la sangre y el valor. Tierra de mitos y de la tradición”, proclamaba Canduela en aquel concierto en Valencia, y en el tema que da título a su disco Imperivm. “Y Europa será un imperio conquistado por la juventud, Europa será un imperio, por el combates tu”, dice el estribillo de Imperivm, poniendo acordes a tu pensamiento ¿verdad?. No es casualidad que cuando te refieres a España 2000, Alianza Nacional, Democracia Nacional y toda la extrema derecha española en tu Manifiesto 2083, el de Canduela sea el único nombre propio que mencionas. No entiendo como nadie se ha dado cuenta todavía de la sorprendente coincidencia del mensaje entre tu discurso alarmista, contra los extranjeros que conspiran para esclavizar Europa, y esta canción: “…La unión de los pueblos en Europa terminara con su farisea esclavitud. La sangre que hoy corre por tus venas, no hace tanto que lo intento. Hacer Europa otra vez imperio, que la justicia reinara de nuevo…”. La música, dicen nuestros camaradas, es el mejor medio para llevar el mensaje del odio a los jóvenes.

Yo conviví con vosotros. Comía con vosotros, dormía con vosotros, trabajaba con vosotros… Conozco vuestro discurso racialista, xenófobo y violento. Y casi puedo verte en la penumbra de tu cuarto, noches enteras, delante del teclado del ordenador, alimentando tus prejuicios contra el diferente con las webs, los foros, los blogs y redes sociales de otros racialistas xenófobos y violentos, y reafirmándote en tus convicciones. Es lo que ocurre con los onanistas del teclado, que alimentan sus neuronas solo con la dieta de la ciberinformación, sesgada, partidista y parcial, de quienes ya piensan como ellos. Así no hay contradicciones, y hasta el mayor disparate parece claro e irrefutable.

Conocí a muchos jóvenes como tú. Educados, amables, integrados en su comunidad. Ese ejemplar vecino de al lado, en el que jamás intuiríamos un psicópata asesino. Universitarios y profesionales blancos y europeos a los que llamé y me llamaron camarada. Compartí sus monólogos ideológicos, contra los “moros”, los “rojos”, los demócratas o los extranjeros. Asistí a su evolución en el radicalismo, envalentonados por el clan, porque es muy fácil ser valiente en la manada. Tecleamos, durante noches enteras, webs, fanzines, panfletos y manifiestos muy parecidos al tuyo. Con las mismas consignas, los mismos discursos, la misma propaganda del odio. Y presencié como todos caían rendidos ante la seducción de las armas, la erótica de la violencia. Queriendo creerse, como tú, nuevos caballeros cruzados, nuevos templarios, guerreros de asfalto. Pero aquellos camaradas nacional socialistas, nacional revolucionarios, ultras, fascistas, anti o filosionistas, etc, no llegaron tan lejos como tú, más que en su imaginación. Se limitaban a demostrar su valor como “guerreros” blancos europeos, dando palizas, ocho contra uno, a moros, “sudacas”, “maricas”, negros, etc. Solo de vez en cuando, los más consecuentes con su filosofía de odio, se atrevían a matar a alguien; un indigente, un inmigrante, un gay… Pero nunca con la eficiencia letal que tu has demostrado. Quizás les faltaba un modelo, un guía, un ejemplo a imitar. Y ese eres tú. Tu siniestro “Manifiesto 2083” ya está colgado en miles de páginas, blogs y foros de internet, donde yo lo he encontrado, para que todos puedan conocer tu pensamiento. Incluso algunos políticos europeos se han posicionado a favor de tus ideas. En ese sentido has conseguido tu propósito.

Pides en tu manifiesto: “ayuda para hacer este libro disponible a través de varios blogs, sitios web, en Facebook, en Twitter, en foros y a través de otros ámbitos. Es realmente un una herramienta única y grande, que puede y debe ser utilizado por todos los conservadores culturales en el en las próximas décadas. Objetivo prioritario – la traducción del libro al alemán, francés y español…” y te reconfortará saber que ya varios camaradas están traduciendo tu escrito, por lo menos al español. Es sorprendente contemplar, una vez más, como quienes abomináis de la democracia, conseguís manipularla en vuestro beneficio, exigiendo unos derechos, libertad ideológica y de expresión, que negáis a quienes no piensan con vosotros.

Te agradará saber que, mientras los medios te satanizan, muchos jóvenes ultraderechistas europeos, como aquellos con los que yo conviví, te comprenden. Comprenden tu odio y tu miedo a los musulmanes, o los “rojos”. Y tus complejos ante las mujeres. Esas criaturas que no conoces ni comprendes, pero que eres incapaz de controlar. Por ello las haces responsables de tus inseguridades, tus deseos y tu minusvalía emocional. Conocí a muchos camaradas que hablaban de las mujeres, con el mismo desprecio acomplejado que tu. Y te comprendo. Cuando decides sustituir las relaciones sociales reales, por una pantalla de ordenador, sueles reescribir tu percepción del mundo en bips. Y ahí el sexo, y la violencia, se desdibujan y deconstruyen a través del ratón de tu ordenador. Es más fácil disparar un arma que tratar con una mujer, más inteligente y más consecuente que nosotros.

Leyendo tu manifiesto, tu manual del terror, no podía evitar recordar el “Manual de resistencia sin líder”, incautado a mis camaradas de Hammerskin, contra los que declaré como testigo de la fiscalía, en 2009. Ellos también escribieron un manual del guerrero blanco europeo, y como tu se sentían “un soldado, un guerrillero, un espía, un desinformador, un saboteador, un agitador, un asesino y por encima de todo un jefe que sólo responde ante su conciencia, con carta blanca de actuación como más le convenga…”. Parece un párrafo extraído de tu manifiesto. La mala noticia es que quienes consideras opuestos, contrarios, enemigos… han escrito manifiestos idénticos, argumentando las mismas estupideces, pero desde el otro extremo de la ideología. Y los extremos se tocan.

Algunos dicen que estás loco. Pero yo se que no. Solo eres un psicópata acomplejado. Como tantos otros antes y después que tu. Lo se porque yo he convivido con nazis, ultras y fascistas, pero también con anarquistas, revolucionarios y yihadistas.

Tus argumentos para justificar la masacre me recuendan demasiado a Ilich Ramírez, alias Carlos el Chacal, mi mentor durante mi viaje al terrorismo internacional de los últimos 6 años. También lo mencionas en tu “Manifiesto 2083”, refiriéndote a él como “canalla marxista-islamista aspirante al Che”. Pero siento comunicarte que no sois diferentes. Tu justificación de la masacre parece extraída de “L’Islam révolutionnaire”, el libro escrito por mi “padrino” Carlos el Chacal en 2003. Ambos interpretais vuestras matanzas como un “faro” que atraiga la atención internacional hacia vuestro discurso, y un altavoz de vuestro mensaje. Aunque para ello tengas que matar, mirándoles a los ojos, a niños de 14 años… Cuando, en mayo de 2010, se publicó mi libro “El Palestino”, algunos analistas se sorprendieron de que hubiese creado el término “spree-terrorist”, para referirme a un nuevo tipo de terrorismo que había descubierto durante mi infiltración en yihadismo. Tu has resultado ser el mejor ejemplo de “spree-terrorist”, o terrorista frenético. Te has convertido en lo que dices odiar.

Algunos intentan denostar tu obra considerándote un demente enajenado, y tu discurso un galimatías ideológico. Pero yo sé que no es así. A los analistas y estudiosos nos gustan las etiquetas. Resulta más fácil archivaros en nuestras carpetas etiquetándoos en un epígrafe de nuestros catálogos de la violencia. Pero la globalización del terrorismo y esa multiculturalidad que tanto desprecias, nos han enseñado que las ideologías de odio mutan, se transforman, y se mestizan. Lo advertí hace unos meses en la Academia de Policía de Avila, en la Academia de Inteligencia Global Chase, y hace pocos días, en el curso de verano en la Autonoma, del CEIDIV, que dirigen Ricardo Garcia y David Docal, y donde tanto se alertó sobre la radicalización de la violencia urbana asociada a la extrema derecha en Europa, y la difusión y mutación de su ideología a través de internet… Premonitorio.

Yo comprendí esa nueva mutación del terror el 5 de mayo de 2007, cuando regresé a la Librería Europa, de Barcelona, durante años la mayor distribuidora europea de literatura neonazi y ultraderechista, caracterizado como Muhammad Abdallah, un venezolano de origen palestino. Años antes, durante mi infiltración en el movimiento skinhead, la frecuentaba como el skin nazi Tiger_88. Pero ahora acudía a una conferencia de Ahmed Rami, el revisionista marroquí y musulmán. Volver a la librería nazi por excelencia, para asistir a una conferencia de un musulmán radical, compartiendo sala con ultraderechistas como Pedro Barela o Joaquim Bochaca, con algún skin, algún sudamericano y hasta con el armenio Vardan Lemoni… Allí me di cuenta de que ya no es posible mantener las etiquetas. Los analistas y expertos en contraterrorismo deben abandonar los antiguos modelos y enfrentarse el sincretismo del odio. Lo caótico y contradictorio de tu discurso encaja perfectamente en el nuevo mestizaje ideológico de ultraderechistas o ultraizquierdistas que conocí en Venezuela, Marruecos, Palestina, Líbano, Siria, Egipto, Suecia, etc… Al final solo una cosa os une, la convicción de que la violencia es un lenguaje político admisible.

Entiendo tu evolución Anders. Se como has buscado, hasta encontrarlos, todo argumento que te permitiese reforzar tus prejuicios. Comprendo tu usurpación del Temple como el símbolo iconográfico para tu ambición de ser un héroe, un guerrero, un soldado de una causa que solo existe en tu mente y en la de otros psicópatas como tú. Y conozco tu excitación al sentir el poder que emana de un fusil de asalto en tus manos. Esa embriagadora sensación de escupir balas a ráfaga, cambiando cargadores antes de amartillar el arma de nuevo… Pertenecemos a la misma generación que creció educada en la violencia. Los héroes del cine, la tv o los videojuegos hoy matan más y mejor que los antiguos templarios. Y un subfusil de asalto es más erótico que una espada…

Todo lo demás es mentira. Tus 1518 páginas de manifiesto son un fraude. Una justificación para tu sociopatía. Los tipos solitarios, acomplejados y violentos como tu, o como todos los skins, terroristas, revolucionarios o yihadistas con los que he convivido estos años, necesitáis creeros vuestro discurso de gloriosos y heroicos guerreros. Y como héroes solitarios no necesitáis amigos, es verdad. Lo que sí necesitáis desesperadamente es un enemigo con el que reafirmar vuestra identidad. Ayer fueron los rojos, hoy los musulmanes, mañana serán los amarillos… Lo importante es tener un enemigo que justifique la lucha. Vivir en paz es más difícil, porque entonces deberíamos enfrentarnos a nuestros demonios internos.