Andorra - Teruel

Alemania acaba de declarar que ofrecerá trabajo a decenas de miles de jóvenes españoles. En España, los trabajadores cualificados son mileuristas en muchos casos, con horarios laborales demasiado largos y con contratos precarios. Siguen habiendo demasiados empresarios que no valoran a los trabajadores con cualificación y prefieren contratar becarios o inmigrantes para ganar dinero a corto plazo, sin darse cuenta que a largo plazo es una política desastrosa incluso para ellos mismos, como vemos en la actualidad.

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Nuestras clases política, económica y sindical llevan treinta años acabando con la economía nacional productiva: con nuestra agricultura, nuestra industria, nuestras centrales nucleares, nuestra investigación, nuestro sistema educativo (en especial la Formación Profesional) etc. apostando por una economía de servicios poco cualificada y con mano de obra abundante y barata en los sectores de la construcción y el turismo, y por una Universidad masificada con titulaciones que en muchos casos no se corresponden con lo que demanda el mercado real. Esta política de sueldos bajos, de no producir nada y de cambiar la economía productiva por otra especulativa en la que unos pocos “listos” se hicieron con un trozo del pastel cada vez más grande, hizo perder poder adquisitivo a las clases media y trabajadora, lo que les obligó a endeudarse en exceso para llevar a cabo sus inversiones y sus negocios, sobre todo en la construcción. Y esa ha sido la auténtica causa de la crisis de deuda y paro masivos que sufrimos en la actualidad.



Esta economía de baja cualificación ha terminado por expulsar del mercado de trabajo a los trabajadores españoles cualificados, al mismo tiempo que se han importado inmigrantes de baja cualificación, lo que no ha hecho sino agravar el problema. Tiene gracia que sean Francia y Alemania quienes nos estén imponiendo las actuales restricciones sociales y económicas, ya que son los principales beneficiarios y en parte responsables de la desaparición de España como competidor económico con su financiación y apoyo al PSOE durante la transición a cambio de que este partido hundiera económicamente a España cuando llegara al gobierno. Aún más teniendo en cuenta el papel clave de los alemanes en la gestación de la burbuja inmobiliaria española, ya que fueron principalmente sus bancos los que la financiaron de manera irresponsable.



Desde DN se lo hemos dicho muchas veces a estos españoles con mayor cualificación laboral durante los últimos diez años: las élites españolas están importando millones de inmigrantes y no estáis haciendo nada, y no lo hacéis porque pensáis que no os afecta a vosotros, sino sólo a los trabajadores españoles menos cualificados que trabajan en la hostelería, en la construcción, en el servicio doméstico o de peones. Pero si no hacéis nada, os acabará afectando a vosotros también.

Como siempre, no se nos hizo caso y se nos llamó alarmistas y exagerados. Pues bien, ya hoy uno de cada cinco trabajadores cualificados que se contrata es extranjero. De momento son europeos, pero es cuestión de tiempo que empiecen a llegar chinos e indios, entre otros. Se importan masivamente médicos inmigrantes e incluso se permite a mil de ellos hacer las pruebas del MIR aún estando en situación irregular. En este momento hay en España miles de médicos extracomunitarios trabajando de forma irregular, y ni siquiera se tiene la seguridad de que tengan el título de medicina. Todo mientras los médicos españoles emigran por miles a otros países europeos, países donde cobran salarios dignos y su trabajo es reconocido. El objetivo es el de siempre: precarizar el empleo y bajar salarios. Los españoles cualificados no hicieron caso de nuestras advertencias y ahora van a sufrir las consecuencias.

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El suicidio de nuestra economía: exportamos trabajadores cualificados e importamos inmigrantes de baja cualificación.

En un momento en el que el sistema de pensiones no cuadra por la falta de cotizantes, miles de españoles se van al extranjero a trabajar, por lo que no cotizarán nada aquí y la situación empeorará. Con más de un 40% de paro juvenil, muchos jóvenes se van de España, jóvenes a los que les hemos pagado su formación durante años, y ahora el beneficiario será otro país. Además, el gobierno español sigue recortando las inversiones en investigación, pero aún así la Ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, acaba de declarar su voluntad de abrir las puertas de nuestro país para que vengan inmigrantes cualificados, cuya consecuencia será más precarización del trabajo y la marcha de nuestros ingenieros, técnicos, médicos y resto de trabajadores con cualificación, que no podrán competir con la mano de obra barata importada. Todo esto con cinco millones de parados (más de 600.000 de ellos inmigrantes y casi un 30% de desempleo en este colectivo)



En España no somos inferiores a nadie. Cuando tenemos confianza en nosotros mismos, trabajamos todos juntos y estamos bien dirigidos, podemos estar a la altura de cualquiera. Tenemos talento, trabajadores suficientes y muchos recursos por movilizar (más de un 20% de paro), por lo que no hace falta que se vayan trabajadores y mucho menos importarlos de fuera. Lo que hace falta es una clase política y financiera que sirvan a los intereses de la nación y una clase empresarial que valore de verdad a sus obreros y técnicos cualificados; tener de nuevo una economía nacional moderna y productiva y abandonar de una vez el plan de liberales y socialistas de que vivamos todos sólo del turismo a base de convertirnos en el burdel de Europa.