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Introducción a la demencia

Síntomas de la demencia

Tratamiento de la demencia en el ámbito familiar

Causas de la demencia

Tratamientos para la demencia

Preguntas más frecuentes










La demencia es una disfunción cerebral progresiva que provoca una limitación de la capacidad de llevar a cabo actividades cotidianas y, en la mayoría de los casos, provoca a largo plazo que el paciente necesite asistencia en su vida diaria. Muchas enfermedades pueden dar lugar a demencia; la más habitual es el Alzheimer.

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo progresivo que se caracteriza clínicamente por un declive gradual de las capacidades cognitivas, la actividad cotidiana y el comportamiento. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia: aproximadamente el 60 por ciento de todos los pacientes de demencia sufren de Alzheimer. En ese caso se producen a menudo cambios en las células cerebrales que les impiden “funcionar” y que acaban por provocar la muerte de las células. El proceso evoluciona de forma gradual afectando a un número cada vez mayor de células cerebrales. Principalmente, las células que se ven afectadas son las situadas en una zona determinada del cerebro, la corteza o región externa. Ésa es la parte que utilizamos para pensar.

En el 10 ó 15 por ciento de los casos de demencia estamos tratando con demencia por infarto múltiple o demencia vascular. En esos casos, las células nerviosas sufren una falta de oxígeno a causa de un endurecimiento vascular en el cerebro. La demencia por infarto múltiple no siempre es fácil de distinguir del Alzheimer, y en ocasiones ambos síndromes se dan simultáneamente. La demencia por infarto múltiple progresa de forma menos gradual; el empeoramiento tiene lugar repentinamente, se alterna con algunas mejoras y después vuelve a agravarse de golpe.


Incidencia de la demencia

En la sociedad longeva de nuestros días, la probabilidad de sufrir demencia aumenta con la edad avanzada. La demencia se produce, sobre todo, en la segunda mitad de la vida, a menudo después de los 65 años; algunos expertos piensan que es el “precio que la sociedad tiene que pagar” por nuestra mayor expectativa de vida y, por tanto, el término “demencia” desencadena temores y mecanismos de represión similares a los producidos por 'cáncer' o 'SIDA'.

La prevalencia de la demencia aumenta con la edad, siendo del 2 por ciento en el rango de edad comprendido entre los 65 y los 69 años, del 5 por ciento entre los 75 y los 79 años, y de más del 20 por ciento entre los 85 y 89 años. Una de cada tres personas mayores de 90 años padece demencia moderada o grave (Bickel, Psycho 1996, 4-.