Salou - Tarragona

En agosto de 1229, ya estaba todo listo para la gran cruzada.
El punto de partida sería Salou y alrededores. Allí convocó el monarca a todos sus barones, caballeros y colaboradores reuniendo una poderosa armada formada por 150 naves, entre las que se encontraban naves de combate, galeras y taridas (para transportar caballos y máquinas de asedio), además de más de 1.000 caballeros y miles de soldados.
Fue tal el interés común suscitado por la conquista que multitud de voluntarios decidieron embarcarse en el último momento.
Además de otras ciudades y pueblos del Mediterráneo como Marsella, Narbona, Montpellier y Génova que, hartos de no poder comerciar libremente por las costas, también se unieron al proyecto.
Y, por fin, el 5 de septiembre de 1229 el joven y apuesto rey, con tan solo 21 años, partía hacia Mallorca en una de las mayores expediciones realizadas en el Mediterráneo. Su embarcación, la galera llamada Montpellier, fue la última en zarpar desde la playa de Salou rumbo a la isla balear.
El rey Jaime I logró invadir Mallorca, y tras ésta vinieron otras importantes conquistas que propiciaron la proyección comercial y la prosperidad de los pueblos de la corona en los años venideros.