Villanueva de San Juan - Sevilla

Buscando en mi cuaderno de notas me he encontrado una que es propia para el día de hoy Jueves de Comadres. Éste lo escribí para publicarlo en una revista del vecino pueblo de El Saucejo, donde no conocían lo que hacíamos en Villanueva en este día. Aunque los naturales de Villanueva lo conocen, algunos jóvenes me han preguntado como era esta celebración, me permito reproducirlo aquí y ahora.
Como preámbulo a las fiestas del Carnaval, que desde muy antiguo se celebran en muchas partes del mundo, en Villanueva de San Juan se celebra desde no se cuanto tiempo el llamado JUEVES DE COMADRES. Este jueves que es el tercero antes del domingo de Carnaval, lo celebraban -y lo siguen celebrando- las mujeres para, aunque fuera por un día, hacerse presente y romper con las normas de sumisión las que desde muy antiguo estaban sometidas. Por la tarde de este día, son las niñas las que salen a la calle con un muñeco envuelto en pañales, como si de un niño se tratara, llamando a las puertas de las casas y pidiendo una moneda por enseñar el niño; con el dinero que recogían en este paseo se compraban las viandas para la noche: chocolate, dulces, etc. Ya por la noche, las jóvenes se reunían en grupos en distintas casas para celebrar su fiesta y, aparte de tomar el chocolate, elegían a sus comadres y compadres, pues también esto formaba parte del rito. El sistema se desarrolla escribiendo en papeles los nombres de las que están en la reunión y los nombres de los jóvenes que no están allí, pero que naturalmente interesan a muchas de las reunidas; luego se extraen los papeles mencionados y se produce el emparejamiento.
En los tiempos actuales, esto parece ridículo y tonto, pero si nos trasladamos a tiempos ya pasados constituían un desafío a la norma establecida, pues no en vano el Carnaval está para eso, para transgredir las normas.
Cuando llegaba el Carnaval, que entonces se celebraba durante tres días (domingo, lunes y martes), era el juego del gangarro la diversión central de la fiesta. Los jóvenes sin distinción de sexo, formando corros se lanzaban el gangarro (un cántaro o botijo, casi siempre ya viejo y fuera de uso) unos a otros hasta que, por casualidad o deliberadamente se rompía. Ya ellos y ellas, naturalmente, conocían con quién habían "encompadrao" y, dependiendo del interés que hubiera en llegar a unas relaciones más estrechas aprovechaban el gangarro para lanzarlo reiteradamente a esta persona, con lo cual manifestaban sin hablar su deseo (¡ésto si que era tirar los tejos!). También entraba dentro del divertimento carnavalero, el ir al campo para saltar a la comba, hacer mecederos y divertirse cantando canciones que hacían alusión bien a personas o a los acontecimientos diarios del pueblo.
El Carnaval, que hunde sus raíces en las fiestas Saturnales romanas y que define su perfil más conocido en la Edad Media, sobrevive a las presiones de los poderes políticos y espirituales de cualquier clase. En el mes de febrero, el mundo se vuelve del revés durante unos días. La sociedad se permite vulnerar todas las normas: se le pierde el respeto al poder constituido, ya sea político o religioso, haciendo burla de los poderosos, del clero, de la Iglesia y de todo lo que lleve consigo una norma. El Carnaval, o también Don Carnal: "Carne vale": !adiós a lo demás¡. Luego vendrá la Cuaresma para con sus ayunos, sus abstinencias y sus penitencias, para poner de nuevo en orden a la sociedad desmadrada.

José Ruiz

No es la primera vez que te doy las gracias por traer a la memoria, sobre todo a la gente que estamos fuera, trozos de la historia, costumbres del pueblo, o sucesos, que a uno se le olvidan. Gracias también por ser una de las personas que contribuyen para que en este foro no solo se hable de política, economía, quejas o agravios. Que no digo que esté mal, todo lo contrario, pero también está bien encontrarse entradas como esta. O el relato de un día de agua, por ejemplo.