Villanueva de San Juan - Sevilla

Alguien escribió : " Todo lo que acontece de forma súbita necesita, en principio, de grandes periodos de gestación".
Esto que parece "a priori" una ambigüedad, a poco que nos paremos a analizarlo, resulta una certeza contundente en casos que se dan y se han dado tanto en el plano colectivo como individual. Se pude refutar esta tesis prestando atención, por ejemplo, a la posición que ocupan los distintos países en lo que ellos llaman "orden internacional".Cada uno está donde le ha llevado su historia, pero también influyen las contingencias y el sentido estricto de plena pertenencia a un grupo, sin ambages y yendo a por el futuro "con el cuchillo entre los dientes". No. Nada es tan casual como parece. Ni la antesala del presente habita en el ayer inmediato.
Podríamos achacar, en algunos casos, la buena posición de algunos estados a su innata tendencia imperialista y poco más. Cierto. Con esto último pretendo decir que aportaron a los países conquistados poco bagaje cultural, ningún adelanto social, escasos conocimientos sobre política y economía, etcétera.Nada más cercano a la realidad.Más exacto sería decir que despojaron de riquezas las tierras conquistadas, convirtiéndolas de paso en eriales en muchos casos, masacrando poblaciones y barriendo su identidad como pueblo; y obsequiándolos en muchos casos y una vez abandonados a su suerte, con cruentas guerras civiles, algunas de las cuales en África se llevan desarrollando durante el último medio siglo.Y todo esto sin nada a cambio.
España tuvo su ocasión histórica y no la supo, o pudo aprovechar, por la propia idiosincrasia autodestructiva de su sociedad y los representantes de ésta.Hablo de los siglos XVI Y XVII en adelante. Si no, repasen la historia. Y a eso iba. Estamos donde estamos porque las raíces de la mala yerba son profundas. Generaciones enteras sin capacidad de generar análisis constructivos, que pueden surgir basados aun en la diferencia entre nosotros; que no es tanta ni tan poca. Pero ese mismo hecho, lo que debería ser riqueza cultural, da pábulo a la difamación, a la mentira y a fomentar la falta de entendimiento en este país, todo esto patrocinado de modo sistemático a través de políticas ancestrales de castración intelectual del pueblo. A ultranza y con mala saña. Da igual el color político. Nacional o nacionalista.Rojo o azul. Conservador o en conserva. Siempre prevaleció en esta España nuestra, o de quién sea, el interés general al particular, para lo cual se optó (¡Qué lumbreras!) por cercenar la pedagogía una y otra vez, para, eso sí,poner la guinda encima de la tarta arrinconando las humanidades. No vaya a ser que aprendan más de la cuenta y no sólo se den cuenta de lo sinvergüenza que somos, si no que además, les proporcionemos las armas para combatir toda nuestra indecencia.
Y dadas las circunstancias, y con este bonito escenario,no me digan que les sorprende quiénes están representando los principales papeles de la obra. Manuele.

Estoy de acuerdo con mucho de lo que escribes. Cuando escribes esta España nuestra o de quien sea, creo que es nuestra, al menos es más nuestra que nunca, pues podemos votar, llevar a cabo iniciativas populares parlamentarias, tenemos libertad de expresión, de manifestación, podemos presionar y cambiar el rumbo de nuestro país si lo consideramos conveniente, en definitiva somos dueño, en un grado amplio, como sociedad de nuestro destino. Como dice el lema de la plataforma de afectados por las hipoteca (PAH) ¡si podemos!
No nos debemos sentir, pienso, herederos de aquellas monarquías absolutistas de los tiempos que hablas, ni tan siquiera de las oligarquías del siglo xix que desconfiaban del pueblo o, cuando no, lo consideraban enemigo.
Creo que nos debemos sentir herederos de la España que supo superar odios, cerrar heridas, y ocupar un sitio entre las democracias del mundo.
Podemos y debemos trabajar por una sociedad más justa, con bases solidas, en la que todos nos podamos sentir integrados. Y lo lograremos, ¡SI PODEMOS!

Ojalá y tengas razón con SÍ PODEMOS!!
No va a ser fácil si no nos hacen ni caso y están en paradero desconocido.
Las declaraciones, sin prensa y en "diferido (esto es cosa de la Cospedal) por pantalla de plasma.

Y para lo que dicen:
A la PAH, ya le están dando caña por todas partes y le darán más, puedes estar tranquilo:
Mira lo que dice la CIFUENTES:
Y algunos que aparentemente son los mejores e inteligentes, de pronto, parece que pierden la memoria, inexplicablemente: https://ww.youtube.com/edit?video_id=KS8dCaQ6qN0&ns=1

En fin... la esperanza nunca se pierde pero esto no tiene buena pinta.

Es curioso el tema de las modas y los efectos que causan en las personas.
Somos un país muy esnob. Nos encantan las imposiciones, eso sí, las no regladas o que nosotros nos creemos que no lo están, somos en definitiva muy dados a participar y opinar de forma tangencial,con la verborrea tabernaria que nos caracteriza, pero sin ahondar demasiado en las cuestiones candentes, no vaya a ser que deriven sus efectos hacia nosotros mismos.Y viene todo esto a cuento del abaneo dialéctico a que estamos sometiendo continuamente a los políticos. Está de moda y nos apuntamos a ello. No desaprovechamos la ocasión de desprestigiar, decir medias verdades, otras verdades aumentadas con mentirillas adecuadas a nuestra tendencia política para mayor agravio del adversario,mucha mentira encubierta, y todo ello aderezado con grandes dosis de la manipulación a que estamos expuestos a todos los niveles, etc.
Porque, ¿de dónde emanan los políticos? ¿Con quién nos ensañamos cuando los insultamos? ¿Es el político un personaje que se hace a sí mismo y al margen de sus conciudadanos, vecinos, familia y educadores?
No. El político surge de la sociedad, y habrá quien me diga, que sí, pero que las listas son cerradas y escogen a quien ellos quieren. Y yo les respondo que en esas listas no se escoge a un malversador, a un tramposo,a un prevaricador corrupto, a un saqueador de las arcas públicas, a un sinvergüenza en definitiva. Eso está oculto. Pero el elegido en muchos casos está preñado de esas características y luego cuando es elegido y acapara el poder es cuando da a luz al retoño que lleva en las entrañas; un retoño concebido por varios padres compartidos; la ignorancia, la falta de formación (aunque sea especialista en no sé qué, no nos equivoquemos con el termino formación),la falta de sentido democrático que existe en nuestro país aún, aunque pensemos lo contrario, y el poco miramiento responsable de lo que es público y a lo que debería corresponderle un respeto, como poco, igual que a lo privado.
A ver si lo explico en síntesis.La poca vergüenza del político,el que la desconozca (habrá excepciones), emana del pueblo, porque él también de allí procede y la trae en herencia. Apliquémonos el cuento en impartir educación, valores y respeto a nuestros jóvenes, pero de verdad, no de boquilla. Que se note. Porque lo único que se nota hasta hoy es la verborrea que siempre nos caracterizó y nuestras pequeñas dosis de inquisidor, también heredadas, para culpar y denunciar siempre al vecino. Y el vecino, en este país como en todos, somos nosotros también. Es tanto el que denuncia como el que no lo hace conociendo el delito. Ahí radica el vicio. La manzana salió podrida del cesto.Hay que recolectar nuevos frutos y sólo cabe esperar que la cepa no esté completamente carcomida. Manuele.

Con todos mis respetos señor Manuele no creo que las críticas que se le hacen a los políticos sean producto de una moda, se las han ganado a pulso, y sí los políticos emanan de nuestros votos, pero nos vemos en la tesitura de elegir al bloque que nos parece más cercano a nuestras posiciones, y en algunos casos el que nos parece menos malo, sin poder escoger a las personas de forma individualizada. En las elecciones autonómicas de mayo de 2011 se presentaron en las listas más de 100 políticos imputados en distintas causas. No quiero con ello quitar importancia a nuestra responsabilidad, que la tenemos, pero la forma de organizarse los partidos, la forma de financiarse, la forma en que se confeccionan las lista, y el sistema electoral, tienen mucho que ver con la situación que se está viviendo en cuanto a la corrupción.
Los políticos cuando se presentan a unas elecciones lo hacen voluntariamente y se supone que lo hacen con espíritu de servir a la sociedad, por eso cuando creemos que no cumplen con su cometido tenemos todo el derecho a criticarles, a enfadarnos con ellos, y creo que con quien más nos debemos de enfadar es con los corruptos y esos partidos que los mantienen en sus filas a los que cada uno de nosotros hayamos votado. Debemos ser críticos con todos pero con los que hayamos votado mucho más, es a sus votantes a los que primero ofenden.
Estoy muy de acuerdo contigo cuando diferencias, entiendo yo, entre la formación técnica y la formación humana (hay algunos casos en que carecen de las dos) y que la formación humana de las próximas generaciones depende de nosotros.
Cordialmente Astapa

Tanto Manuele como Astapa tienen mucha razón en lo que dicen (y no quiero aquí decir aquello de que la razón es lo que mejor está repartida porque todos creen tener la suya), los políticos son personas que salen de la sociedad -en este caso la española- y por tanto lo lógico es que tengan las virtudes y los defectos de ésta, como ejemplo, no olvidemos que España fue un país de pícaros, por no decir otras cosas peores. En cuanto a la composición de las listas electorales hay mucho que decir, pues no es verdad que las compongan atendiendo a criterios de honradez (que siempre se le supone al futuro candidato), de formación humana, intelectual, buen trabajador, estimado por sus vecinos(en el caso de las elecciones locales), etc. No, en la mayoría de los casos lo que prevalece es la influencia de un grupo o de un destacado dirigente del partido (al que le deben muchos favores) y son ellos los que disponen quien debe entrar, premiando o agradeciendo así a ciertos militantes su entrega al partido o a su persona. Además él personaje importante lleva mucho tiempo en el partido y sabe lo que se tiene que hacer para ganar las elecciones y como actuar después. Yo no estuve nunca en la dirección de un partido pero por lo que conozco y me cuentan los que están, parece que la cosa va por ahí.

Es peliaguda la cuestión de la que hablamos y, por otro lado, de difícil resolución.Los políticos españoles, mal que nos pese, han estado domeñados, casi siempre, por potentes factores ajenos a lo debería haber sido su función esencial: el servicio pleno a la sociedad que los eligió.
No entraré en esas cuestiones que a ninguno se nos escapa cuales son: la servidembre a las grandes jerarquías económicas en unos casos; a las militares, en otros; y por supuesto, la que es origen del lodazal en el que chapoteamos actualmente; la dogmatización de los ideales o idearios de los distintos partidos, que en principio, debieran obrar por inclinaciones plenamente democráticas.
Todo lo contrario ocurrió en la transición. Lo que tuvo de modélica no fue, ni más ni menos, que el hecho de que todas las tendencias políticas renunciaron a parte de sus ideas para favorecer la conciliación. Eso es política con mayúsculas.Pero ese espíritu de convergencia y sentido de la responsabilidad se difuminó. Lo enterramos entre todos.Para una vez más volver a las andadas. Hace poco leí en algún lugar : " La historia es la lección peor aprendida en la historia de España". Irrefutable.
No pretendo armarme de razón cuando participo en este foro, es más, no es mi razón la que asiste a este texto y los anteriores, es la razón en sí misma, basada en la racionalización de la historia. Y esa no admite objeciones.
Pero ahora nos hemos vuelto muy fiscalizadores y sin embargo no lo éramos tanto en tiempos de bonanza. Y la sociedad debe ser un fiscalizador constantemente alerta. Porque, algo se habrá hecho mal en estos muchos años pasados de abundancia. De lo contrario, ¿cómo estamos donde estamos? Pero claro, el sonido de la plata ahogaba el creciente rumor, por todos percibido pero obviado, que acabó convertido en el estruendo que hoy nos tapona los oídos y nos libera la lengua. Aquel que lea mis opiniones ( sin vehemencia partidista de por medio) se dará cuenta que no es una defensa de los políticos lo que hago. En absoluto. Soy consciente, estimado Astapa, de que se han ganado a pulso las críticas, pero tengo la plena convicción que son sólo la punta del iceberg, el producto del caldo de cultivo de una sociedad enferma; y ésta es la que necesita de inmediata intervención. Con bisturí, por supuesto.
Y ahora dicen que no es muy democrático no acudir a depositar tu voto en las urnas. ¿ Lo es más, quizás, y tras previa reflexión, votar a unas siglas (las que sean) manidas, manoseadas una y otra vez y ensalzadas todas ellas en pro de unos principios basados en el bien general, que luego al unísono (ahí si muestran una unión sin fisuras)pisan, sin que vislumbres en las caras de sus dirigentes el más mínimo indicio de rubor una vez perpetrada la traición contra lo que propugnaban como sagrado?
Estoy a favor de la democracia y creo plenamente en el sistema de partidos y su alternancia. De ahí las náuseas y la desazón que me causan los políticos españoles. Traicionan una y otra vez el mayor bien que nos pudieron legar personas que dieron su vida para que nos encontráramos con esta realidad. Y eso es imperdonable.
Pero hay otro problema de más enjundia. Somos un pueblo de toscos demócratas, con apenas tenues vislumbres de lo que es la política y donde comienza realmente, y de ese caldo surgen los representantes que tenemos: rudimentarios, básicos y lanzados a gobernar una casa de la que no conocen nada, ni se han molestado en informarse. Es lo que hay.
Somos destinatarios de un herencia pazguata y nos perdemos en rencillas partidistas e improductivas, obviando, bien por ignorancia, bien por indolencia, que (y esto también lo creo firmemente)hay otra gran parte de esa heredad que permanece soterrada, y que de fomentarse y someterla a cultivo (en el estado actual de las cosas debería ser cultivo intensivo, eso sí)nos proporcionaría vastísimos espacios de encuentro, entendimiento y mejora.
Pero ese no es el español imprescindible. No interesa. La imprescindibilidad que prevalece y se ve descarnada y nítida, es la de que un español es un voto y poco más, y ese voto se mantine en sus distintas vertientes políticas en base a dogmas, en el sentido genérico; e intercambios de favores en planos más concretos. Manuele.

Si fueran extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la nación son españoles; todos invocan el dulce nombre de la patria; todos pelean y se agitan por su bien, y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible afirmar cuál es la verdadera, y más imposible todavía hallar remedio para tamaños males. Los he buscado ávidamente dentro de la ley y no los he hallado.
Estas palabras fueron escritas por Amadeo de Saboya en su renuncia al trono de España.
Teniendo en cuenta esta palabras, y con respecto a los problemas de este tiempo, algunos dirían, de casta le viene al galgo. Otros nos acusamos de envidiosos y cainitas, y puede que todos tengamos algo de razón. Pero yo creo, como bien dices cuando hablas de esa heredad soterrada, que hay una gran parte de la gente, siempre la hubo, que son honradas, trabajadoras, que luchan por sacar su familia adelante, y que se avergüenzan de tener los representantes que tienen.
En un escrito anterior hablas de recoger nuevos frutos y esperar que las cepas no estén carcomidas. Siguiendo con esta metáfora se podría decir que la filoxera, la plaga que acabó con las viñas de media Europa, entre ella España, solo se superó cuando se cambiaron las cepas madres. Solo cuando pusieron plantas que eran inmunes a ese insecto que les pudría las raíces pudieron superar la plaga. Hoy día España es un gran productor de vino
saludos y gracias por tus escritos