Derecha y la izquierda un invento de los políticos (Articulo de prensa) Si predicamos la verdad, como hicieron Buda, Jesucristo y Mahoma, entre otros, conseguiremos, como ellos, cambiar el mundo. Hay que explicar a nuestros familiares y amigos que la derecha y la izquierda ya no existen y que son un invento de los políticos. Que la verdadera división del mundo es la que separa a los opresores de los oprimidos, a los demócratas de los totalitarios, a los poderosos de los humildes, a los que acaparan todo de los que son despojados de todo, incluso de sus derechos fundamentales. Hay que explicar que es posible construir un mundo mejor con tan sólo sustituir a los depredadores que gobiernan por gente buena y decente. Hay que predicar a los cuatro vientos que nuestros gobernantes, con todo el poder y todos los recursos en sus manos, solo han sabido crear un mundo injusto, desigual y marcado por lacras como la pobreza, el hambre, la indefensión de los débiles, la corrupción y la opropiación idebida del dinero de todos. Hay que decir a todo el mundo que los partidos políticos, aparentemente enfrentados, se alian a la hora de la verdad y votan juntos para incrementar siempre los sueldos y los privilegios de los políticos o para expulsar del sistema a los partidos nuevos y limpios que llegan a la política. Hay que decir con argumentos convincentes que nuestros políticos han asesinado la democracia y la han sustituido por una sucia oligocracia de partidos, una verdadera dictadura de políticos, ejercida contra los ciudadanos, en contra de todas las leyes y normas que regulan la demcoracia, a la que han desposeido de sus recursos fundamentales: separación de poderes, elecciones verdaderamente libres, una ley igual para todos, protagonismo del ciudadano, prensa libre e independiente, sociedad civil autónoma capaz de actual de contrapeso del poder político, lucha eficaz contra los corruptos y defensa de los valores y principios éticos. Somos nosotros y no ellos, aunque no lo parezca, la verdadera élite de nuestro tiempo. Ellos representan el abuso, la corrupción, el mal gobierno y son los constructores de un mundo cargado de indecencia. El problema es que ellos se han apoderado del Estado y que desalojarlos nos va a costar sangre, sudor y lágrimas. |