La cruxificación del alcalde y la hermandad de los borrachos La ‘crucifixión’ del alcalde El Correo Hoy termina una semana en la que la celebración religiosa y la tradición dejarán las más variadas imágenes para el recuerdo en Andalucía: un alcalde azotado o jóvenes borrachos trasladando al Resucitado. José Luis Torres era sacerdote de Cómpeta, en Málaga. Un mes antes de las elecciones municipales de mayo de 2007, dejó la parroquia para ser candidato del PPa la Alcaldía. Ese 27-M cambió el sermón por el mitin y el hábito por el bastón de mando con una mayoría absoluta que le hizo regidor. El pasado Viernes Santo fue azotado y crucificado durante una realista representación de la Pasión de Jesucristo, personaje al que dio vida este año por primera vez siendo la máxima autoridad municipal. Azotes muy reales y una crucifixión muy verídica e impresionante. Ésa fue la descripción de la escena que hicieron a Efe quienes tuvieron la oportunidad de estar allí el viernes. Tras la escenificación –ante unas 1.200 personas–, el alcalde aseguró que, mientras sigan pidiéndoselo, seguirá haciendo su papel. “La obra existió al margen de la política”, explicó. José Luis Torres, que fue candidato al Parlamento de Andalucía en las recientes elecciones, destacó que la representación de este año ha registrado mayor asistencia que en otras ediciones. Él ha sido siempre, también en ésta, el director de escena. En Cómpeta están acostumbrados a que el alcalde adquiera un protagonismo que excede el de tener el bastón de mando. Torres se hizo con el cargo en junio pasado tras sustituir a Leovigildo López, también del PP, que era y sigue siendo director de la banda municipal de música. Participa igualmente en los cortejos de la Semana Santa de la localidad de la Axarquía malagueña. ‘El trono de los borrachos’. También en la provincia de Málaga, en El Borge, se dan escenas llamativas. Vecinos de la localidad, de unos mil habitantes, trasladan en la madrugada del Domingo de Resurrección al Resucitado hasta el Monte Calvario del pueblo tras haber estado toda la noche en la fiestas patronales. En una procesión que se conoce como “el trono de los borrachos”, los jóvenes cogen el paso a las cinco de la madrugada. “A esa hora están casi todos mareados”, explica el alcalde, José Antonio Ponce. “Es raro el año que no le pasa algo” al Cristo, añade. Lo esconden, lo zarandean e incluso lo adornan. https://ww.correoandalucia.es/noticia.asp?idnoticia=4424170092095096099093424170 |