Y AL FINAL TODO ES DINERO: "NO HAY MÁS LEY QUE LA LEY DEL TESORO EN LAS MINAS DEL REY SALOMÓN" Los nuevos contratos anunciados por Rice impulsan la industria militar de EE UU Los acuerdos aportarán 46.000 millones a uno de los sectores preferidos por los inversores SANDRO POZZI - Nueva York - 03/08/2007 La gira de Condoleezza Rice por Oriente Próximo acabó ayer sin resultados tangibles, salvo en un punto: la venta de armas estadounidenses a los aliados de George W. Bush en esta turbulenta región. La secretaria de Estado anunció ventas a ocho Estados -los mayores beneficiarios serán Israel y Egipto- por valor de 46.000 millones de euros en los próximos 10 años. El anuncio ha sido recibido con entusiasmo por la industria militar estadounidense, uno de los sectores preferidos por los inversores debido a la gran demanda de la Administración. En 2006 el gasto militar de EE UU superó los 450.000 millones de euros si se incluyen los costes presupuestados para Irak y Afganistán, lo que supone el 45% del gasto militar mundial. Pero la lluvia de armas sobre Oriente Próximo no procede únicamente de Washington. China y, sobre todo, Rusia han entrado con fuerza en la subasta, con la ventaja de que pueden vender a todos los actores enfrentados porque, a diferencia de EE UU, no provocan grandes odios. Rusia es el segundo mayor exportador mundial de armas, seguido de Alemania. España vende cada vez más y ocupa ya el octavo puesto. EE UU es una máquina de guerra. Su presupuesto de defensa para el ejercicio fiscal que arranca en octubre es de 481.400 millones de dólares (352.000 millones de euros), y si a eso se suman los costes no presupuestados de las operaciones en Afganistán e Irak, el total supera los 640.000 millones de dólares, el equivalente al 4% del PIB y el 45% del gasto militar mundial. Como dicen en Wall Street, "en tiempos de guerra es momento para invertir en empresas que venden armas". La anunciada venta de armas a Oriente Próximo da aún más impulso a una industria que marcha viento en popa. En EE UU se conoce como el triángulo de acero la simbiosis que hay entre las Fuerzas Armadas, el sector privado y la élite política en Estados Unidos. Un cartel en el que los militares dependen de la industria de defensa para dotarse de material y los contratistas de Washington para garantizarse sus ingresos. El contrato de armas con los países del Golfo Pérsico saldrá adelante, según los expertos, a pesar de las reticencias mostradas por los liberales en el Congreso, por el simple hecho de que se trata de un importante negocio para EE UU y porque tiene especial cuidado con Israel.
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