Paradas - Sevilla

Primera meditación:

Todos sabemos que la convocatoria provenía de la sección pro vida del PP y de la Conferencia Episcopal, aunque formalmente la convocaran sus comandos de meapilas. Pero ni Mariano Rajoy ni Rouco Varela, ni ningún zángano del obispero español asistió a la juerga mística. Tiran la piedra y esconden la mano. Al igual que los generales, a los que les encanta la guerra, pero que envían a sus soldados por delante como carne de cañón, como carne de ridículo en este caso.
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Segunda meditación:

Un juez de Madrid ha ordenado el archivo definitivo de las diligencias contra la clínica Isadora especializada en abortos, por no haber encontrado “el más mínimo indicio de delito”. Os recuerdo que un comando de guardias civiles entró en la clínica, requisó historiales clínicos y violó la intimidad de decenas de mujeres que habían abortado. Pues bueno, según el juez, esta actuación no fue otra cosa que una operación de acoso fabricada por guardias civiles con fines “publicitarios e intimidatorios”.

Sólo he oído a Rubalcaba decir vagamente que habrá que investigar el comportamiento de sus muchachos, como con cierta desgana. A mí me parece de una gravedad extrema que comandos fascistas, con derecho a pistola, sigan trabajando en la Guardia Civil, sin que nadie los detenga cautelarmente, después de que el juez los haya desenmascarado.
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