Paradas - Sevilla

Atención, atención, atención. Algo se está moviendo en Valencia. El ex ministro de Justicia, y socio del bufete de abogados EIUS (“suyo”, “de él”, en latín) acaba de renunciar al escaño “suyo” en el Congreso de los Diputados, movimiento que a su vez es acompañado por la dimisión de un compañero “suyo”, el director del bufete valenciano, Alberto Borrego, como letrado en las Cortes. Tanto el bufete EIUS como Michavila y Borrego ya habían sido señalados hace unos meses como presuntos implicados en la trama Gürtel.

Es un entramado que va a dar mucho de sí, con gente de la familia Michavila en el gabinete de Camps, para que todo quede en casa.

Y no sólo ellos dos. También ha presentado su dimisión Pedro García, director de la Televisión Pública valenciana, quien presuntamente también recibió regalos sustanciosos de la trama Gürtel.

Supongo que el día irá dando más noticias de tan precipitados arranques de dignidad, después de que el clamor popular (bueno, popular, popular, no) pidiese su dimisión, si es que les quedaba un resto de vergüenza.

Tan sólo una reflexión: ¿Por qué ahora, en la modorra veraniega? ¿No os huele a chivatazo de algún espía, para que dimitan deprisa y corriendo, quizá porque está a punto de cerrarse el cerco sobre la deriva valenciana de la trama Gürtel?

Atentos a las noticias. ¿Dimitirá también, al fin, Mariano?