Paradas - Sevilla

(LAS SIGUIENTES REFLEXIONES ESTAN HECHAS SIN ANIMOS DE CRITICAR A NADIE, Y SOLO MOTIVADAS POR UN HECHO FORTUITO EN LA TARDE DE AYER).



Los accidentes de tráfico.

Es curioso, muy curioso, pero la primera campaña de accidentes de tráfico se realizó en Egipto y se remonta a 3500 años. Sí, 3500 años.
Un papiro encontrado reza lo siguiente: ”No bebas mucha cerveza porque si te caes en la calle nadie te atenderá y si coges tu carro y tropiezas con alguna piedra acabarás con la cabeza rota en el polvo del camino”.

La sensibilidad ante el accidente de tráfico es muy importante, debe ser muy importante, porque al final, casi siempre se trata de un fallo humano, unas veces motivados por los descuidos (esos fatídicos descuidos) y otras veces por las imprudencias de conducir con alcohol y drogas.

Las actuales campañas, y los cambios en la normativa legal, las mejoras en la seguridad activa y pasiva de los vehículos, entre otros, parecen que están disminuyendo de forma importante la siniestralidad.

Y a veces, no siempre tiene la culpa el exceso de velocidad, pues de vez en cuando suelen aparecer "conductores" que por su actitud, perjudican gravemente la circulación. Sin ir más lejos, en la tarde de ayer, me he encontrado un coche de color azul, utilitario pequeño, dirección a Paradas por carretera Marchena - Paradas, que circulaba a 40 km por hora (Sí, 40 km por hora) con el sol bastante bajo, cierta dificultad de visión. El "agradable encuentro" se produjo justo en un cambio de rasante (prácticamente a la altura donde al año pasado hubo un accidente mortal cuando un camión embistió a un tractor). Yo no venía aun velocidad excesiva, en torno a 90 que es la velocidad que suelo utilizar en esa carretera, pero entre la escasa velocidad del "conductor" y la altura del sol, tuve que exigir a mis frenos una buena participación. Me considero conductor muy experimentado, más de 30 años de carnet, y mas de 800.000 km. sin accidentes lo avalan).

Cuando pude adelantarle, por la zona de curvas y poca visibilidad, y tras mirar al conductor, confieso que con "cierto cabreo" observé la siguiente estampa: "conductor mayor, varón, mas cercano a los 80 que a los 70, calzaba "gorra hasta las cejas" (pienso que por costumbre, y no para protegerse de la posición del sol), muy recto y erguido, "encimado" sobre el volante, que no distaba más de un palmo, fija la vista al frente, y totalmente ajeno a lo que ocurría a su alrededor.

Sin ánimos de criticar a nadie, esta "fotografía de conductor" es bastante frecuente, sobre todo a nivel de pueblos (no existe en las grandes ciudades) y puede verse tanto en coches como en tractores (el abuelo lleva haciéndolo toda la vida, y no percibe que llega un momento que es incapaz (físicamente o psíquicamente) de seguir haciéndolo. La familia, por acostumbramiento, tampoco lo percibe (...no pasa nada..., lo hace todos los días..., conoce el camino..., el va muy despacio...) y es relativamente fácil de observar, ciertos abuelos con dificultades muy importantes a la hora de actuar contra el mas mínimo imprevisto de la carretera (cruzar un pueblo, con un remolque cargado de aceitunas, por ejemplo, nada tiene que ver con circular tranquilamente por un camino, o arando una parcela). Todas estas dificultades, en su mayoría observadas por el propio "abuelo conductor" que si percibe sus limitaciones, y actúa en consecuencia reduciendo su velocidad, a límites que pueden ser aún más peligrosos.

Y hago esta reflexión, por que si se hacen campañas contra la velocidad, contra el cinturón, contra el alcohol, contra las drogas, contra la inexperiencia de los jóvenes, contra los móviles, etc. También habría que hacerlas contra estas personas, sobre todo a nivel de familiares y amigos (los reconocimientos médicos dan el carnet para varios años, y en ese tiempo una persona mayor puede cambiar increíblemente).

En la Unión Europea se han producido 450,000 muertes en los últimos 10 años (sólo en 10 años) y más de 30 millones de heridos de cierta importancia. Muchísimos accidentes producen daño cervical en mayor o menor importancia. La mayoría de estas lesiones en gente de edad laboral, después de haber sido criados y formados (con el consiguiente coste social y familiar). Estos accidentes han producido la pérdida de 1,6 millones de años de vida y más de 150.000 millones de euros (En Europa).

Son cifras para pensar, 450.000 familias destrozadas, 150.000 millones de euros. Justificado queda el precio de los seguros, ¿no?

Saludos forer@s, y conduce con precaución.