Marinaleda - Sevilla

El paraisito comunista

El Presupuesto municipal de Marinaleda habla a las claras de que se trata de un paraíso basado en el parasitismo, lo dejamos por tanto en paraisito. A tenor del siguiente cuadro de ingresos, se aprecia claramente que los habitantes de Marinaleda sólo pagan el 15% del Presupuesto. El otro 85% proviene de transferencias de la Junta de Andalucía, del estado español o de la Unión Europea. No es que el comunismo funcione. No es que Gordillo sea un genio. Es que todo lo que le regala a sus conciudadanos para tenerlos felices y fidelizar su voto se lo pagamos los demás. Marinaleda vive a costa del dinero de otros pueblos que tienen que pagar más para que Marinaleda pague menos y pueda vivir muy por encima de sus posibilidades. Con el dinero de otros hacen fiesta los devotos.
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Todo lo anterior nos lleva a concluir que, lejos de representar una alternativa, Gordillo representa justamente la quiebra que nos acecha. ¿España se puede permitir la existencia de un ayuntamiento como el de Marinaleda? Seguramente sí, por injusto que sea. Lo que no es posible es que todos los ayuntamientos sean como el de Marinaleda porque por cada Marinaleda tiene que haber muchas otras localidades viviendo peor para pagar la fiesta. En Marinaleda la población activa ronda los 1.000 habitantes, pero 700 cobran el PER. En Marinaleda no hay hambre sencillamente porque no es una isla. Si Marinaleda tuviera que vivir de lo que ingresa Gordillo tendría que recortar el 85% del Presupuesto. De todas formas Marinaleda es un claro exponente de porqué el estado español se encuentra al borde de la quiebra.
Ni prosperidad ni libertad

Otra cuestión que aparece en escena al examinar el modelo municipal de Marinaleda (un “chanchollo”, se mire por donde se mire) es el de la falta de libertad. Aparte del partido del propio Gordillo, inamovible del poder durante los últimos 30 años, sólo el PSOE tiene una pequeña representación en el pueblo. Precisamente el portavoz del PSOE en Marinaleda, Mariano Pradas, relataba la falta de libertad en el pueblo asegurando que en la campaña electoral encontró su coche rayado, sus antenas rotas, la fachada de su casa pintada y que incluso algunos vecinos tiraron piedras en la casa de unos familiares. La libertad y el parasitismo tampoco congenian.