Los Palacios y Villafranca - Sevilla

El plan del pp para cambiar andalucía

25 decisiones en 100 días

El PP no sabe si ganará las elecciones andaluzas, pero sí tiene muy claro lo que haría al día siguiente de recibir la confianza de los electores. ABC lo desvela

Manuel Contreras

Día 12/12/2010 - 09.07h

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Uno de los argumentos más recurrente en el manual estratégico del PSOE andaluz es la alusión a la agenda oculta de Javier Arenas, un documento secreto que escondería un plan de gobierno draconiano, con alto coste social, que el PP tendría preparado para poner en marcha en caso de llegar a la Presidencia de la Junta. Como suele ocurrir en política, la tesis conjuga realidad y fantasía: los populares tienen una agenda, pero ni es tan misteriosa ni contiene otras fórmulas que aquellas que ha ido recolectando el equipo de Arenas en siete años de contactos con diversos colectivos por toda la geografía andaluza.
Y es que, a pesar de que las encuestas recogen con nitidez un progresivo apoyo a la opción de un cambio de Gobierno en Andalucía, en los cuarteles generales del PP andaluz no están tan obsesionados con las opciones de gobernar como con disponer de unas pautas de gobierno definidas por si toca hacerlo. Buscan un proyecto político sólido que genere confianza en los andaluces y ofrezca un modelo alternativo al que ha desarrollado el PSOE en las últimas décadas.
En este punto se ubica la «agenda oculta» de Arenas, una compilación de medidas —algunas de las cuales han sido anunciadas en actos públicos—que incluye un conjunto de decisiones urgentes, concebido como un plan de choque con dos objetivos concretos: adoptar una austeridad real y generar la confianza social imprescindible para crear empleo.
Estas decisiones, que si los andaluces votasen mayoritariamente al PP se adoptarían en los primeros cien días de gobierno, incluyen una reforma radical de la estructura de gobierno, apostando por un recorte del coste sin perjudicar su funcionalidad.
Menos consejerías
De esta forma, el Ejecutivo se reduciría a sólo diez consejerías, y los altos cargos decrecerían en un 50 por ciento, al igual que el número de delegados de la administración periférica de la Junta, que se reduciría a la mitad. Además, estos cargos del cinturón administrativo andaluz contarían con menos prebendas, ya que se suprimirían las indemnizaciones por vivienda de los delegados provinciales. Además, se exigiría el cumplimiento estricto del Código de Buenas Prácticas.
Respecto a la administración y el funcionariado, los populares proyectan una amplia reforma. Como primera medida se derogaría el polémico decreto del «funcionariazo», para a continuación crear una comisión de expertos para la Reforma de la Administración Pública, con miembros designados a propuesta del Gobierno y los grupos parlamentarios, la cual dictaminaría sobre la reforma que presentaría el ejecutivo popular. Posteriormente, este dictamen se elevaría para su negociación en la Mesa del Diálogo Social sobre la Reforma de la Administración Pública.
El recorte del gasto corriente sería otro caballo de batalla prioritario en un hipotético gobierno de Javier Arenas, un tijeretazo del que se excluirían las políticas sociales, educativas y sanitarias. Así, se reducirían sustancialmente el gasto en vehículos oficiales —la Junta dispone de más de 300 actualmente—, teléfonos móviles —más de 32.000—, atenciones protocolarias, publicaciones y consumo de luz, agua y teléfono. Todo el ahorro derivado de estas medidas de austeridad —tanto recorte de cargos como de gasto corriente— se dedicaría a inversiones en Educación.
También se reformaría urgentemente la política de subvenciones, con severas limitaciones a las concedidas tanto a partidos políticos como a sindicatos y organizaciones empresariales. Asimismo, se concretaría un nuevo sistema de concesión bajo criterios de objetividad, transparencia y no discriminación, que recogiera también evaluaciones periódicas sobre la eficiencia de los resultados. En materia fiscal, está marcada en la agenda la supresión del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, ya anunciada por Arenas, y una reforma fiscal sin concretar pero dirigida a familias, pymes y autónomos.
En el ámbito empresarial, los populares están elaborando el Plan Andalucía Emprendedora, con un programa de concentración de empresas andaluzas que permita mejorar la competitividad, la aprobación de la Ley Andaluza del Trabajo Autónomo y un nuevo Plan de Empleo para jóvenes.
Autoridad docente
En la parcela educativa, el PP apostaría desde la Junta por el reconocimiento de la autoridad pública a los docentes andaluces, así como la recuperación de los principios de esfuerzo, exigencia y mérito para elevar los niveles de calidad, cuestionados año tras año en el informe PISA. Dentro de la parcela social, también se establecería un Plan de Protección individualizado para las víctimas de la violencia de género y un Plan de Emergencia Social para familias desfavorecidas instrumentado a través de ayuntamientos y ONG.
En materia de financiación de la Comunidad, la «agenda» de Arenas recoge dos directrices esbozadas de forma general: la revisión del sistema de financiación autonómica, que incluye la resolución del contencioso sobre la liquidación de la Deuda Histórica —el PP rechazaría el pago en solares admitido por el Gobierno andaluz— y una descentralización y financiación municipal que se modificaría de forma paralela a la reforma de la administración. La presencia en Europa también ocuparía un lugar preferente en las primeras decisiones de Arenas si fuera presidente de la Junta —ha criticado públicamente la desatención del Gobierno de Griñán en lo relativo a los temas comunitarios—, ya que establecería una agenda «Andalucía en Bruselas» que incluiría reuniones periódicas con el presidente de la Comisión Europea para tratar las cuestiones de la política comunitaria que afecten a la Comunidad andaluza.
Una agenda con 350.000 kilómetros
La «agenda oculta» de Arenas no deja de ser una recopilación de medidas elaborada en los últimos tres años «a lo largo de las 630 visitas realizadas a 410 municipios y para lo que ha recorrido 350.000 kilómetros», apuntan sus asesores. La metodología de trabajo del dirigente popular se basa en entrevistas con diferentes colectivos en las que se recogen ideas que posteriormente se analizan para decidir sobre su incorporación a este guión de gobernabilidad que maneja el PP. «No somos un gobierno en la sombra, sólo hablamos con la gente. No sabemos si vamos a gobernar, pero sí que estamos preparados para hacerlo», resume un dirigente próximo a Javier Arenas.

https://ww.abcdesevilla.es/20101212/andalucia/decisiones-dias-201012112131.html