Recordando al maestro Cuando Marchena murió al marcharse dejó escrito, he sido el mejor de la Historia y el que me quiera escuchar con Dios estoy en la Gloria. En los versos que yo escribo no hay otra finalidad que no caiga en el olvido un ciudadano ejemplar, yo le digo a la afición que lo lleven en su mente y les sirva de patrón cuando beban de su fuente. José Tejada Martin apodado "Pepe Marchena", llevó el nombre de su pueblo por la faz de nuestra tierra. Con voz atercipelada, los trinos de su garganta emitían sonidos dulces que a la afición cautivaba. Fue Maestro de Maestros por su sabiduría y fama, mezcló estilos diferentes, se inventó la colombiana, dominó todos los cantes del fandango a la taranta, de solea a seguiriyas, de malagueñas a serranas, las alegrías de Cádiz, los fandanguillos "conqueros", la belleza y la dulzura de los cantes marcheneros. Cualquier cosa que cantara con esa preciosa voz confundía con sus trinos los cantos de un ruiseñor. Por eso al morir Marchena algo en el cante acabó, la Rosa murió de pena, su jardinero lloró, Córdoba sintió su ausencia por su piropo gitano, las esquilas de plata y oro de dolor fueron callando y aquellas cuatro muleros enmudecieron su canto. Al saberlo la guitarra de rabia rompió sus cuerdas, diciendo no todo más porque me ahoga la pena al no poder acompañar al sabio, Pepe Marchena. José Tejada murió y caminó hacia la Gloria porque hizo méritos propios para pasar a la Historia. Por las calles de Marchena a hombros lo van llevando con un adios doloroso camino del camposanto. Se marchó de entre nosotros, la afición llora su ausencia, su pueblo siente nostalgia y con dolor lo recuerda porque perdió a su hijo ilustre, su Niño,Pepe Marchena. Ya se acabó la alegría en todos los escenarios y el cante viste de luto porque se marchó su sabio. Y así se escribe la Historia del Maestro de Maestros que hoy reposa hallá en la Gloria con los grandes de su género. Sevilla, octubre de 2014 El Autor Miguel González Enamorado. |