La Algaba - Sevilla

Rubalcaba lidera la oposición como si no hubiera estado siete años en el Gobierno de Zapatero, el mismo que prometió un déficit del 6%, el mismo que vio los brotes verdes, y el mismo que negó de boca de su vicepresidente Solbes que España se enfrentaba a una dura crisis. Ahora ese debate con Pizarro se convierte en inolvidable y en la diferencia entre un técnico que sabía lo que decía y un político profesional. Como no podía ser de otra forma Pizarro no está ya en la arena política, pero sí Rubalcaba, superviviente de un sin fin de Gobiernos.

Ahora, tras meses quejándose de la falta de apoyo de la oposición a sus medidas (que cambiaron radicalmente cuado ZP fue forzado a cortar el déficit y a empezar con los rectores que incluyeron a funcionarios, jubilados y que se aderezaron con una reforma laboral que consagraba los 20 días por año) Rubalcaba dice no al Gobierno en todo. El tiempo en el que esto no era patriótico ha pasado. Ahora Rubalcaba, tras ganar por poco la carrera del liderazgo del PSOE a Carmen Chacón y tras lograr el peor resultado de un candidato socialista al Gobierno en la historia, poco parece acordarse de lo ingrato que era estar solo ante los mercados. Se dedica a fustigar a un Rajoy que, pese a sus errores en estos tres meses, tiene razón al decir que ha recibido un país al borde del abismo.Otra cosa es que sepa manejarlo.

¿Ideas? Algunas. Constructivas, pocas. Criticar a Rajoy al que acusa de confundir mayoría absoluta con autoritarismo,y también comparar la reducción del I+D+I con el suicidio para un país. No dijo lo mismo cuando Zapatero, acuciado por la crisis, no tuvo más remedio que reducir el gasto ern I+D+I en un 20% en los presupuestos de 2010, alrededor de 350 millones de euros menos. De pedir diálogo hace unos años ahora Rubalcaba es llamado por populares como Monago con el sobrenombre de Don Me Opongo.

Basta recordar las críticas a la improvisación al Gobierno de Zapatero para que nos resulte de lo más extraño que ahora desde la oposición recurra al término "como pollos sin cabeza" a la hora de hablar de los ministros. Más llama la atención su frase "no se puede gastar más de lo uno tiene", teniendo en cuenta que él se sentó en un Gobierno que heredó superávit (así que algo sabrá de lo que es gastar más de lo que se ingresa) y también resulta sorprendente de que acuse al Gobierno de no tener un plan tras escasos meses de Gobierno tras haber estado él 7 años en uno que fue expulsado del Gobienro antes de tiempo por no tener idea de capear la crisis.

Paradojas de nuestros políticos, que no se sienten responsables de lo que hacen y que pueden decir lo mismo y lo contrario dependiendo de si están en el en el Gobierno o en la oposición. Tras haber dejado más de 5 millones de parados, Rubalcaba habla "de la ola de pesimismo que está trayendo Rajoy a la sociedad". Es cierto que el presidente no comunica cosas positivas, no comunica casi nada, la verdad, pero que Rubalcaba diga ahora que "no se está dando respuesta al paro" suena dramático. O esuchyar de su boca que la primera consecuencia de la reforma laboral se llaman 400.00 españoles en paro. Ni Rubalcaba ni Rajoy han sido capaces de ponerse de acuerdo en casi nada. Y el PSOE, que como dice su nuevo secretario de Juventud, no hace otra cosa que mirar a los despachos, tiene la necesidad de coger impuso en la calle, la misma calle con pancartas que el propio Rubalcaba miraba con desdén cuando era ministro de Interior.
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