La Algaba - Sevilla

El Sevilla cae en picado y sin frenos. 6 goles 6 que muestran la cara más real de un equipo que se arrastra por el terreno de juego sin patrón y sin personalidad. Unas gradas semidesérticas, por los elevados precios de las entradas que Del Nido impone a los que quieran disfrutar del circo en el que se ha convertido este club.

Interpretando el rol que más le gusta, el imputado saltó al césped en la previa del encuentro. Pero no de corto, para intentar mejorar el siempre vulgar papel de decadencia y desolación que los suyos interpretan en cada partido, sino trajeado. El motivo eran los honores que la planta noble sevillista quería ofrecer a uno de los jugadores que más patadas y juego brusco ha utilizado a lo largo de la historia del Sevilla, que no era otro que el bueno de Ivica Dragutinovic. Para ello, ambos se situaron frente al gol norte. Justamente de cara a la peña más educada y respetuosa de todas la que conforman el mapa sevillista. Allí, estos cívicos aficionados, mostraron un cartelón con una foto del homenajeado y el imputado le ofreció un obsequio del club consistente en una placa conmemorativa del majestuoso evento. Tras el sainete, cada uno a su sitio. El futbolista a su casa a buscar equipo (recordemos que nadie ha querido contratar sus servicios desde su salida del Sevilla debido a su nula calidad), y el presidente al banquillo (aunque no junto a Marcelino, sino a Julián Muñoz).

El partido se desarrolló según lo previsto. Un Sevilla romo en ataque, vulgar en el centro del campo y roto en defensa que pronto dejaría claro que el guión se iba a ajustar un año más a la miseria y a la ruina. El Madrid abrió enseguida el marcador, y el equipo local, para vergüenza de todos su aficionados, que lleva años de sequía futbolística en Nervión, era incapaz de reaccionar. Y es que todos mostraron su verdadera cara. Javi Varas, el guardameta de Pino Loko, que se erigía antaño como un baluarte, e incluso algunos instaban por su presencia en la selección, se quitaba la careta y exponía los motivos por los que a la vejez ha conseguido llegar a primera división: es un desastre bajo los palos. Seis goles que lo retratan como portero. En defensa, qué podemos decir ¿? Un Navarro que no aparece y hay que buscarlo, un Cáceres que sube la banda como un chorizo que huye de la policía (dicen que Del Nido lo arenga en los entrenamientos), pero que jamás saca provecho de su arrebato porque jamás consigue sacar la pelota con ventaja. Y la pareja de centrales, sencillamente de risa. Un Fazio que aún vive de las rentas y de llegar barato a Sevilla cuando en Argentina lo vendían como una promesa que se ha estrellado finalmente. Y el sucio y antideportivo Spahic, que desde el rastrero y miserable incidente protagonizado frente al Valencia todos los árbitros lo tienen en sus agendas. Dos tipos que no conocen la palabra velocidad y que suponen un lastre al mundo del fútbol. Dos troncos lentos y timoratos que hacen aguas en todos los encuentros que disputan, y que evidencian aún más las carencias del Sevilla, que ahora pelea por no descender a segunda división.

El rubio Rakitic, tras el fiasco que ha supuesto Campaña, se ha hecho con la titularidad. Una titularidad muy barata porque no hay nadie en este equipo que sepa jugar la pelota. Por enésima vez, el croata ha evidenciado que es una basura futbolística, y su pareja de baile, que llegaba con ganas y que de nuevo ha salido trasquilado, Trochowski, tampoco ha demostrado absolutamente nada. Se afirmaba que poseía un potente y dirigido disparo, pero lo cierto es que una pistola de agua resulta mucho más productiva que él. Ayer otro desastre más. El acompañante de ambos en el centro del campo (Medel), ya se sabe, no da para más. Un inepto que no se le puede exigir puesto que ya todo el mundo sabe la calidad que atesora: cero. Un futbolista que se arrastra por el campo, que no sabe dar un pase, que no sabe distribuir, y que ya ni corta un balón. Otra decepción a la larga lista de incorporaciones recientes del club.

Y en la línea de ataque, un Navas desaparecido a años luz del que se le presupone, un Manu del Moral que no sabe dónde está de pie, y de calidad cero. Y por último, el inefable Alvaro Negredo, que intenta ponérselo difícil a Del Bosque (en serio que dice intentarlo). Cuentan que el seleccionador prefiere buscar jugadores en preferente antes de llamarlo, y no es de extrañar. Durante el partido, fallos y más fallos. Qué desastre de equipo. Así no extraña que cualquier equipo bien armado como el Betis o incluso el Madrid, pueda someter al Sevilla a este castigo.