EL BETIS DEMUESTRA DE NUEVO EL INMENSO PODER DE SU PLANTILLA Y DISTANCIA MÁS SI CABE A SUS INMEDIATOS PERSEGUIDORES Pocos equipos europeos pueden hacer sombra a este Betis que se pasea por todos los campos con la cabeza bien alta. Con humildad, eso sí, pero sabedores de que son tremendamente superiores a todos los equipos con los que se enfrenta. La alegría que vive la parroquia verdiblanca es desbordante, y muestra muy a las claras que este equipo es prácticamente imbatible. Pero no sólo en el marcador final, que es lo más importante. Sino en juego y forma de mover la pelota. Pocos conjuntos en España son capaces de imprimir esa velocidad al esférico y moverlo hasta desquiciar al contrario como este Betis. Es, por decirlo así, una de las referencias del fútbol español y europeo, para qué nos vamos a engañar. Ayer otra muestra de lo que debe tener un equipo de fútbol en un terreno de juego (3-1). Empaque, personalidad, calidad, mentalidad ganadora, empatía con su afición, táctica, técnica, pegada, trabajo, oficio y carácter. No hay más. Así se forjan los grandes equipos, y cualquier aficionado del Betis puede estar tranquilo frente al despliegue de juego que está demostrando este equipo. Sobran palabras para describir la forma en la que juega cada partido. Es por ello que es líder destacado, equipo más goleador, y menos goleado. Todos estos números no hacen sino demostrar que nos encontramos con un conjunto que practica un juego espectacular. Qué distinto es presenciar al aficionado bético abandonar el campo y ver al seguidor sevillista. El primero, con la satisfacción y el regocijo por bandera. Al segundo, con la tristeza y pesadumbre en su rostro, y sobre todo en su bolsillo, por pagar los abonos más caros de la competición. La diferencia no está solo en el resultado, sino en lo que espera de su equipo. El bético, espera un derroche y fútbol de sus jugadores. El sevillista, espera contemplar a once gandules pasear por el campo y teme el pitido inicial del colegiado, pues tiene muchas probabilidades de perder. Pero conviene ahondar un poco para comprobar que el origen de esta inquietud y miedo por el aficionado sevillista procede inexcusablemente de lo que le han vendido, que no es otra cosa que humo. Sin embargo, el bético sabe que sus futbolistas sudan la camiseta, y que tienen una tremenda pegada. El sevillista se teme lo peor, como la realidad viene indicando cada minuto que pasa sin obtener ni un mísero punto de los últimos quince en juego. El Betis es ilusión, confianza, alegría, entusiasmo y felicidad. Todo se debe a la perfecta planificación que se ha venido haciendo al o largo del verano, y por la que ahora, en este momento, se recoge la recompensa. En otras palabras, saber lo que se hace con el dinero del que se dispone. Otear el mercado, saber fichar, conocer perfectamente los pormenores de tu equipo, para después actuar en consecuencia. Todo lo contrario a fichar a jugadores lesionados por cantidades estratosféricas, pagar ingentes fichas por jugadores de media talla, llegar siempre tarde a cualquier fichaje de interés, y acudir a los carnavales a hacer el payaso para después incrementar tus emolumentos por traer a jugadores y entrenadores que poco pueden aportar al equipo. El Betis sabe lo que hace, y trata al aficionado como se merece, no a patadas. Les da, en una palabra, confianza y ánimos. Se trata pues, de un conjunto fabricado para vencer, no para perecer. Es lo que todo el mundo quiere, paro pocos pueden conseguir. Mientras otros juegan con las ilusiones de competiciones europeas y los eliminan en las previas, otros saben al o que se juega, inequívocamente. Una defensa sólida, un centro del campo que recupera y reparte balones, y una delantera de ensueño con un tridente mágico que asegura muchos goles. Ese es el resumen de un equipo diseñado para derrochar fútbol y goles, manteniendo su portería salvaguardada. En equipo, en resumen, capaz de sacar los colores a cualquiera, porque sabe lo que hace en cada momento. Por eso va líder, y por eso es respetado. Ese es el secreto. Saber en cada momento lo que la gente quiere. No alardear en ser el mejor equipo del mundo, cuando tu nivel es de regional preferente. Eso si que es vergonzoso, y por lo que en momentos desastrosos como los que se vive en Nervión, no se quieren dar ni explicaciones. Es por todo lo anterior, y por el orgullo de ser bético, el motivo por el que todos los aficionados verdiblancos deben estar orgullosos. Así se construyó un mito que se llama Real Betis Balompié. Viva el Betis. |