Revolución francesa ( lo que no cuenta el profesor) Francesa, ¿gloria de la humanidad? Tomás Alfaro Drake Nunca ha dejado de asombrarme el prestigio del que goza la revolución francesa en el mundo moderno. Creo que se debe a una mezcla de propaganda chauvinista francesa y de ignorancia de la gente. Tal vez, convenga empezar por dar algunas cifras. En la apoteosis de esa revolución, en los años llamados de “El terror”, entre el 5 de Noviembre de 1993 y el 27 de Julio de 1794, en tan sólo 325 días fueron guillotinadas entre 20.000 y 40.000 personas juzgadas por los así llamados tribunales revolucionarios, que eran, en realidad, tribunales de represión y venganza política sin la más mínima seguridad jurídica ni la menor garantía procesal. Parlamentarios girondinos y de cualquier oposición a los jacobinos –como Danton, uno de los santones de la Revolución–, campesinos que escondían sus bienes para evitar la requisa gubernamental que les condenaba a la hambruna, jóvenes que intentaban evitar la leva obligatoria para ir a la guerra, soldados que no demostraban ante sus jefes el deseado coraje, desertores, ciudadanos sospechosos de actividades antirrevolucionarias, fuese eso lo que fuese, denunciados anónimamente, todos eran carne para los tribunales revolucionarios que veían decenas de casos al día y sentían una morbosa sensación de patriotismo en cada condena a muerte. Nadie estaba a salvo. Esos tribunales eran, a su vez, estrechamente vigilados por el llamado Comité de Salvación Pública, –el nombre no deja de parecer una macabra ironía-, dirigido por Robespierre, que supervisaba su pureza revolucionaria medida por su número de condenas. La cifra de guillotinados es así de vaga, entre 20.000 y 40.000 porque no se llevaban actas de los juicios sumarísimos que se realizaban. ¿Para qué perder el tiempo? Tal vez este número no impresione a algunos, pero si dividimos el número de muertos por el de días de “el terror”, la cifra resultante es de 92 al día que, si suponemos que las guillotinas funcionaban 12 horas diarias, supone una ejecución cada ocho minutos. Si no se guillotinó a más gente fue porque no dio tiempo. |