El Rubio - Sevilla

Sabemos que "hay de tó en la viña del Señor", y que no todos los jóvenes son iguales, que algunos de ellos estudian, tienen una serie de principios asumidos pero... otros, no sé cómo explicarlo, no sé dónde han dejado los valores, qué es lo que quieren hacer con su vida aparte de fumar, beber y bailar ese pum pum pum insoportable. Me faltó sólo un paseo por la Kaché anoche para ponerme triste con todo ésto ¿Qué opináis?

pero un viernes o un sabado todo los jovenes salen (los que estudian , trabajan , los q no trabajan....) asi que mejor di los que estan en el parque un dia entre semana a las doce de la mañana pero no los que van a kache un fin de semana.

Me he dado cuenta de que en este foro hay que concretar mucho las cosas. Obviamente serán esos, lo que ocurre es que yo a las 12 de la mañana no voy al parque y no puedo corroborarlo. Mis disculpas a la Kaché, al menos podemos decir que tenemos algún lugar donde salir un sábado.

Tu te diste cuenta ayer, yo me di cuenta hace mucho tiempo.

Si los padres no han inculcado esos valores al hijo/a, difícilmente los aprenderán por ellos mismos. La sociedad ha avanzado tan rápidamente en el último cuarto de siglo (del XX) que quizás los antiguos valores (los viejos, arcaicos, retrógados, aquellos que la iglesia y el maestro inculcaban a golpe de regla en la palma de la mano) ya no sirven, al menos, la metodología.

Más de un padre se habrá dicho a sí mismo "yo esto no lo quiero para mi hijo" (los golpes de regla...) pero tampoco tenía claro el padre ni el maestro qué hacer exactamente. En términos prácticos, una mala "planificación" de la educación.

Todo esto sumado al "quiero eso y mañana lo tengo", ese BMW flamante en la puerta de casa antes incluso de que Tráfico te mande el permiso de conducir provisional (eso los que se lo sacan), la flamante Derbi Senda en el zaguán de tu casa el día antes de cumplir los 14, el desmadre, el alcohol al alcance de los niños (todos hemos bebido en la adolescencia, pero como mucho teníamos para comprar una litrona entre tres o cuatro).

Muchas cosas, mucha permisividad, mucho de todo, al fin y al cabo, a los que mandan les interesa que haya incultos y borricos, así la sociedad de consumo nos irá moldeando a su imagen y semejanza.