El Rubio - Sevilla

La juez de Primera Instancia e Instrucción de Osuna investiga si se desviaron a consumo humano despojos de mataderos catalogados como Subproductos Animales no Destinados a Consumo Humano (Sandach). Según el informe que la Guardia Civil ha presentado en el Juzgado, hay indicios de que «pudiera estar entrando en plantas de consumo humano material C3», es decir, despojos de mataderos que sólo deben usarse para hacer harinas y grasas para piensos de animales de abasto y compañía. Habrían participado en este delito contra la salud pública mataderos, transportistas, plantas de harinas para piensos y fábricas de carne destinada a productos perecederos que se venden en supermercados de toda España.

Los mataderos generan subproductos animales (Sandach) durante el sacrificio de los animales para el consumo humano y en la eliminación de animales muertos en transporte o por la aplicación de control de enfermedades. A principios del año 2000, tras la crisis de las vacas locas, se establecieron normas sanitarias aplicables a esos subproductos para evitar riesgos para la salud pública, la salud animal y el medio ambiente. Básicamente la normativa europea clasifica los Sandach en tres categorías (C1, C2 y C3) que reflejan su nivel de riesgo.

Así, los subproductos C1 (cadáveres de animales enfermos o no aptos) y algunos C2 (animales muertos durante el transporte, decomisado y vísceras de cerdo) deben ser convertidos en harinas y grasas para después ser incineradas en ladrilleras o cementeras. Los Sandach C3 (despojos de mataderos, como carcasas, vísceras o plumas de pollos) pueden ser usados para fabricar harinas y grasas para piensos de animales de abasto (pollos, vacas o cerdos) y compañía.

Pues bien, la Guardia Civil ha constatado que no se estarían cumpliendo la normativa en cuanto al tratamiento y eliminación de Sandach. Entre esas irregularidades está el uso de cadáveres de animales enfermos (C1) para hacer harinas y grasas C3 para piensos, así como la falta de seguridad en el tratamiento para esterilizar los productos y garantizar que no transmitan enfermedades.

Además, la Benemérita ha detectado «actividad operativa que vendría a determinar que pudiera estar entrando en las plantas de consumo humano material C3». Es decir, que material que salió como C3 de algunos mataderos con destino a plantas de harinas y grasas para piensos podría haber acabado en fábricas de carne para productos perecederos que se venden en supermercados de toda España. Hay que tener en cuenta que cuando el matadero decide qué despojos de los animales que ha usado van a plantas C3 para ser convertidos en harinas para piensos ésos subproductos van a zonas de almacenaje sin cadena de frío, sin control de parásitos ni de contaminación externa. Posteriormente, esos despojos se trasladan sin control sanitario en camiones que llevan identificación de Sandach C3 (Subproductos no Destinados a Consumo Humano).

En las intervenciones telefónicas, un propietario de una fábrica de harinas y grasas de la provincia de Sevilla dice que sabe que carcasas de pollo que salían de mataderos con destino a plantas C3 acaban en el consumo humano, citando incluso a varias empresas nacionales y multinacionales que estarían presuntamente involucradas en ese delito contra la salud pública.

La alarma ha saltado en el sector y ya hay grandes superficies que están exigiendo a los mataderos y fábricas de productos perecederos la trazabilidad de sus productos cárnicos, desde la salda de despiece o matadero hasta el destino final, para garantizar que no se traslada ningún riesgo a la salud humana.

Veinticinco imputados
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Osuna ha ordenado ya la detención de al menos 44 personas relacionadas con el caso, resultando imputadas unas 25. Entre los imputados hay responsables y propietarios de mataderos que habrían facilitado el transporte mezclado de C1 y C3 (algo expresamente prohibido por Ley para evitar el contagio de enfermedades); empresas de transporte que cambiaban las matrículas de los camiones para meter en las fábricas de C3 cadáveres de animales enfermos; directivos y propietarios de fábricas Sandach (Subproductos Animales No Destinados a Consumo Humano)que presuntamente usaron cadávares de animales enfermos o no aptos para hacer harinas y grasas para piensos; y dueños de un laboratorio sevillano al que la empresa Dasy pedía que cambiara las analíticas cuando sus harinas daban positivo en salmonella, entre otros.

Son unos hijos de p...ta , deberian de acabar en la carcel y de aluerzi , cena y demas que les den todos los productos adulterados con lo animales muertos

El prestigioso biólogo molecular Joaquín Castilla, experto en Enfermedades Espongiformes Transmisibles, ha redactado un escrito para el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y el Juzgado de Osuna en el que advierte que el uso de cadáveres de animales enfermos y la falta de un tratamiento térmico eficaz en las fábricas de harinas para piensos «suponen un grave riesgo para la salud animal de forma directa, e igualmente, suponen un riesgo de forma indirecta para la salud humana».

A juicio de este biólogo del Centro de Investigación Cooperativa en Biociencias (CIC bioGUNE) –financiado por la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, así como por el Gobierno vasco– «no se plantea duda alguna sobre que este modo de proceder mantenido en el tiempo podría llevar a la aparición de nuevos casos humanos de la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, así como la generación de nuevas variantes de enfermedades priónicas con importantes repercusiones en saludad animal y humana».

Para Castilla, cuyos trabajos se han publicado en revistas científicas de prestigio como Nature Medicine, Science o PNAS, «este riesgo será significativamente mayor cuanto más tiempo se mantenga y más generalizadas sea la práctica en cuestión». A modo de recordatorio, este científico señala en el informe enviado a la jueza de Primera Instancia e Instrucción 1 de Osuna que «procedimientos semejantes realizados en el Reino Unido en los años 80-90 llevaron a la muerte a centenares de miles de miles vacas y a la muerte de cerca de 200 personas».

En declaraciones ABC, Joaquín Castilla explica que el último caso del mal de las vacas locas en humanos se detectó en España hace pocos años, habiéndose diagnosticado un total de cinco casos en personas, que terminaron falleciendo porque esta enfermedad es mortal al no existir por ahora terapia alguna.

«Los priones son agentes infecciosos que al igual que un virus o una bacteria se propagan a través del organismo a base de hacer réplicas de sí mismos. Su composición es una proteína que modifica su estructura y se convierte en un agente infeccioso, causando daño sobre todo al cerebro de los animales y personas infectadas», explica en términos sencillos Castilla, quien subraya que si un animal come carne con esos priones es susceptible de infectarse. «Fue así como empezó la epidemia porque las vacas comían proteínas de procedencia bovina y ovina infectadas con priones», añade.

¿Siguen detectándose vacas con estos priones? Castilla asegura que «ahora se dan entre 1 y 5 casos espontáneos por cada millón de vacas, pero como hay millones de vacas... Entre los humanos surge entre 1 y 2 casos por cada millón de personas». Por lo tanto, deja claro que si, como ha constatado la Guardia Civil, hay fábricas de piensos que han usado cadáveres de animales enfermos o muertos durante el transporte, es posible que vacas y cerdos que consuman los piensos hechos con esas harinas puedan infectarse. Lo mismo sucedería con los humanos que comieran vacas o cerdos infectados con ese prion».

Resistente a altas temperaturas
Uno de los mayores problemas surge porque, según este científico, los priones –a diferencia de los virus y bacterias– son resistentes a altas temperaturas. «De hecho, pueden resistir temperaturas de 121 grados, entre 15 y 30 minutos y un bar de presión», señala Castilla, quien teme que no se hayan esterilizado convenientemente los animales y despojos de mataderos usados en la fabricación de harinas para piensos, como han denunciado trabajadores de Dasy. Como se recordará, el Juzgado ya imputado a 25 personas, entre ellos propietarios y trabajadores de Dasy -del grupo Proteínas y Grasas Gimeno- y Render Grasas, por un delito contra la salud pública, estafa, falsedad documental y contrabando.

Este biólogo celular, premiado por sus estudios sobre virología y salud animal, fue contratado en 2009 por la Fundación Vasca para la Ciencia Ikerbasque para trabajar como científico del CIC bioGUNE. Anteriormente trabajó seis años en EE.UU. en la Universidad de Texas y en el Scripps Reserch Institute de Florida. La Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación destaca en su página web queCastilla ha desarrollo el método más sensible que existe actualmente para la detección bioquímica de priones.

Junta y Gobierno no ven peligro alguno
A pesar de que informes de la Guardia Civil han constatado el uso de cadáveres de animales enfermos en la fabricación de harinas para piensos y de que el Juzgado de Osuna investiga el desvío a consumo humano de despojos de mataderos, la Junta de Andalucía y el Gobierno central niegan que exista riesgo para la salud animal y humana.
Por su parte, el Ministerio de Sanidad resta importancia al asunto diciendo que no hay alerta alguna y que la Guardia Civil no les ha advertido de ningún peligro. Por su parte, la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta afirma que «en las inspecciones realizadas por la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales en materia de seguridad alimentaria no se ha detectado ninguna anomalía, por lo que la seguridad de los alimentos destinados al consumo humano está garantizada». La Junta, cuya personación aún no ha sido aceptada por la juez de Osuna, se ha puesto a su disposición del Juzgado «por si era necesaria algún tipo de intervención en relación a este caso», aunque dice que por ahora no ha recibido notificación alguna. La delegación de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta en Sevilla ya creó una alerta sanitaria de la harinas y grasas de Dasy tras detectar salmonella en ella e irregularidades en su fábrica.

Vamos de mal en peor, veremos esto por donde sale y los culpables como siempre de rositas.