Dos Hermanas - Sevilla

El PSOE se desangra en Sevilla capital tras la debacle del 22-M

A las deserciones en San Jerónimo se suman hasta 15 dimisiones en la Agrupación Macarena

eduardo barba / sevilla

Día 04/06/2011 - 08.08h

Viera reunió a los secretarios de las 11 agrupaciones pero el cónclave acabó en batalla dialéctica

Rebelión a bordo en el PSOE sevillano, aunque más que por el efecto contagio ante lo que ocurre en otras provincias, por la propia capacidad de fagocitosis que tiene históricamente la formación en la provincia, ahora avivada por los pésimos resultados electorales y la pérdida a manos del PP de uno de sus grandes símbolos, la capital hispalense. La enésima rebelión, por tanto. El sector crítico con la dirección y con su máximo responsable, José Antonio Viera, se empieza a hacer fuerte de nuevo dada la pérdida de crédito de la cúpula socialista después del 22M y las disidencias ya no se esconden.

En lo que respecta a Sevilla capital, la batalla está ya planteada entre agrupaciones afines a la dirección (cinco) y las más ligadas a las bases locales (seis), controladas por miembros del llamado «sector crítico» que hasta ahora había encabezado el alcalde saliente, Alfredo Sánchez Monteseirín. Para evitar el cisma total, el mismo Viera convocó a los secretarios de las once agrupaciones capitalinas el jueves con la finalidad de analizar los resultados electorales, plantear posiciones e intentar afianzar —en vano— una postura en torno al nuevo referente oficial del partido en la ciudad, el derrotado en las urnas Juan Espadas. Pero hasta ayer no trascendió que el cónclave organizado por el secretario provincial acabó como el rosario de la aurora, con las agrupaciones enfrentadas a voz en grito, algunos saliendo de la sala antes de que otros concluyeran sus intervenciones y numerosos reproches.

En el análisis de la derrota, los más oficialistas incidieron en el argumentario que viene usando el partido, atribuyendo el batacazo a la crisis económica. Ni mucho menos había consenso pero al menos se escuchaban. Hasta que intervino el secretario de la Agrupación Centro, Bernardo Bueno, otro de los componentes del sector próximo a la dirección, quien sin pelos en la lengua señaló a la mala gestión de los últimos años del Gobierno local (o sea, Monteseirín y los suyos) como causa principal de la dura derrota. El también delegado provincial de Cultura se refirió a los escándalos en el Ayuntamiento e incluso llegó a mencionar como ejemplo de «mal manejo» público al hasta ahora gerente de Lipasam, Rafael Pineda, lo que provocó la reacción airada de los secretarios de agrupaciones críticas en defensa de la tarea municipal y atacando al proceso de elección de candidato o al trabajo del comité de campaña, en el que no hubo ni rastro de las bases ni coordinación con éstas para trabajar con Espadas. Contra las decisiones de la cúpula provincial, en resumidas cuentas. Las chispas se convirtieron ahí definitivamente en incendio y la reunión solo avanzó ya con duros enfrentamientos.

Tanto fue así que el mismo Viera acabó desquiciado, afirmando que se mordía la lengua para no decir lo que pensaba. Estuvo a punto, de hecho, de suspender en dos ocasiones la reunión, que terminó levantándose de mala manera enmedio de acusaciones mutuas. Las distancias vuelven a ser ahora siderales y alguno ya ve más fuera que dentro al propio Viera, al que se le multiplican los frentes: las bases en la capital enrabietadas, los disparos desde San Vicente y el devenir de las investigaciones judiciales en torno a los ERE fraudulentos en Empleo, donde él fue consejero en la etapa crucial del escándalo.

Alguno le ha señalado ya como instigador de las deserciones que se están produciendo a las agrupaciones en manos de los críticos, algo que el secretario general negó en esa reunión del jueves. Y es que a las siete dimisiones de cargos en la Agrupación San Jerónimo se han unido en las últimas horas nada menos que otros quince abandonos en la histórica Agrupación Macarena, liderada por Manuel Llorente, hombre próximo a Monteseirín. A ello hay que sumar las voces críticas en Cerro-Amate o el posicionamiento de Bellavista —donde su responsable, Raúl Medinilla, pretende organizar una alternativa a Viera en los próximos congresos— en contra de la organización de campaña de Espadas. El fuego avanza.

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