Constantina - Sevilla

Parece ser que ya hay alguien que se atreve a dimitir en este país. Efectivamente, el señor Alfredo Saenz, Consejero Delegado del Santander, se ha ido "a su casa". El problema para este pobrecito hombre y para su familia es que no van a llegar a fin de mes porque le ha quedado una pensión similar a la de cualquier "privilegiado" que haya estado cotizando 40 años como agrícola.

En este país, en el que cada día que pasa nos enteramos de que la ley se hace muy ancha para unos cuantos y muy estrecha para los demás, te encuentras con situaciones tan injustas y tan aberrantes que solo le queda a uno que pensar que esta democracia es una auténtina KK. Lo de este dimitido consejero del Santander es otra de esas barbaridades que a los privilegiados de este país bananero les está permitida y, además, por ley.

Este buen señor se ha ido del Santander con una jubilación de OCHENTA Y OCHO MILLONES DE EUROS. Tiene en esa empresilla, además, un seguro de vida de ONCE MILLONES DE EUROS; y durante 2012 cobró de sueldo OCHO MILLONES DE EUROS. Lo dicho, un pobrecito.

Pero lo malo de todo esto es que si seguimos la pista un poco nos encontramos con su antecesor, al que le dieron CIENTO OCHO MILLONES DE EUROS al marcharse, o con el famoso sustituto de Rato en ese banco tan brillante, al que le dieron SESENTA Y SEIS MILLONES DE EUROS al marcharse del BBVA.

En definitiva, que en esta España de parados y recortes los millones a los banqueros se les dan como rosquillas, y cuando hace falta dinero para reflotar los bancos mal gestionados, se acude al fondo europeo y se inyecta una riada de millones para que los listos sigan con su gran vida de lujo mientras que los demás las pasamos canutas para llegar a fin de mes.

¡¡Qué desilusión, Dios mío....... qué desilusión!!