Constantina - Sevilla

Tras la imagen pachanguera que estamos dando ante el mundo con el caso de la imputación de la Infanta Cristina, ahora llega el capitulo siguiente para rematar el numerito. El Rey, como cualquier padre haría, se preocupa de la defensa de su hija y llama al señor Roca para que se haga cargo de esa defensa.

Yo no se como será el señor Roca como abogado, pero si en los casos que asume tiene el mismo éxito que tuvo cuando fundó aquel partido político (PRD), que Dios coja a la infanta confesada. Aunque bajo mi particular opinión yo creo que en este caso ni el juez va a servir para nada ni el abogado tampoco.

En esta España en la que tenemos perdidos los papeles morales, ya nadie se cree esa patraña de que "la justicia es igual para todos" porque entre otras cosas la gente tenemos a nuestro alcance el poder estar medio informados. Aquí vemos que la Infanta tiene un tratamiento y la esposa de Diego Torres otro muy distinto, que Urdangarín declara una vez por año, que Bárcenas se ríe de la justicia y del gobierno, que Camps y su cuadrilla se fueron de rositas, que Fernández, Guerrero, su chófer, Lanzas, etc., van al talego (cosa que está muy bien), pero ante estas desigualdades todos pensamos lo mismo: Qué es eso de que la justicia es igual para todos?

El Rey todavía no ha abdicado como piden algunos, pero sí que parece haber hecho testamento en el que a la Infanta Cristina debe haberle correspondido el "Dios Salve al Rey".

Conclusión: que el juez Castro decreta una imputación y la fiscalía, tras la recomendación...tal, trata de amputar esa imputación.