S.W. VIII Siempre puede haber un tiempo de inocencia. Nunca existe un lugar. O si no existe un tiempo, Si no es cosa de tiempo, ni de espacio, Existiendo, a solas, en su idea, En el sentido contra la calamidad, no es por ello Menos real. Para el filósofo más frío y más anciano Hay o debe de haber un tiempo de inocencia Como puro principio. Su naturaleza es su fin, Que debería ser y no ser a un tiempo, una cosa Que estimula la piedad de un hombre piadoso, Como un libro al atardecer, hermoso pero falso. Como un libro al alba, hermoso y verdadero. Es como una cosa de éter que existe Casi como predicado. Pero existe, Existe, y es visible, existe, es. Así, entonces, estas luces, no son un hechizo de luz, Un refrán caído de una nube, sino inocencia. Inocencia de la tierra y no un signo falso O un símbolo de malicia. Que participamos De eso mismo, yacemos como niños en esta santidad, Como si, despiertos, yaciésemos en la quietud del sueño, Como si la madre inocente cantase en la oscuridad De la habitación y en un acordeón ¡ apenas oído, Crease el tiempo y el espacio en el que respirábamos... |