Aznalcóllar - Sevilla

Aquí como me leen, deben saber ustedes que mi humilde persona puso su granito de arena en el gran éxito que ha obtenido J.J. en la consolidación como líder de nuestro colectivo. No es que haya participado directamente en la elección a dedo que en su día hizo nuestro Jefe Supremo, pero he tenido el gran honor de hacer de altavoz en muchos de sus actos.

Todo comenzó, como siempre, con una llamada urgente de nuestro líder, para citarme en su reservado de la catedral. Tuve suerte esta vez y cuando llegue ya había terminado su sesión diaria de filosofía, así que apenas tuve que esperar.

En cuatro palabras me explico lo que quería de mí: que fuera muy critico con sus actuaciones, interpretando el papel de esquirol o sociata, que era lo que se podía encontrar el día que pudiera volver a convocar asamblea. El había preparado un concienzudo discurso que no les voy a reproducir en toda su extensión, para no aburrirlos y porque no todo el mundo esta preparado para reflexiones del alcance de las de este gran hombre. Por ello me limito a destacarles aquí algunos de los puntos más significativos.

Comenzó mi portavoz con el párrafo en el que, y cito literalmente, habla de los defensores de la teoría de que hemos engañados a los esquiroles, mariconas y hp: “El problema aquí es que poco o nada tienen que ver los engaños que hayamos podido haceros con la lucha que tenemos con la Junta por lo que es nuestro”.

“¿Que te parece el inicio Megafonoman, fuerte, no?” “Hombre J.J – respondí – me parece certero en grado sumo, pero por buscarle alguna pega, te podrían decir que algo si que tienen que ver ya que si no los hubiéramos engañados en el año 2007, 25 estarían prejubilados, 25 en las cruces y 25 en egmasa”.

“Entiendo Megafonoman, tomo nota y prosigo: El comunismo se parece a una nueva religión que condena a la hoguera a aquellos que ponen en duda sus tesis”.

Aquí no pude menos que levantarme del sillón donde me encontraba y aplaudir el ingenio de J.J., pero tuve que recomponerme y volver a mi papel de malo. Trague saliva y después de pensar un rato dije: “Quizás podrían buscarte las pulgas diciendo que si no estas describiendo lo que estamos haciendo nosotros”

“Megafonoman, tampoco hace falta que te metas tanto en el papel, no se yo como has podido llegar a semejante reflexión, pero tomo nota también y continúo con el final de mi discurso: “No quiero que se me malinterprete. No se si ganaremos el pulso a la junta, porque hay muchos que han abandonado esta lucha.

“Pues déjame que piense J.J., porque yo es que lo veo como un final redondo y genial, pero dame un minuto”. Estuve pensando durante un rato y tras mucho darle vueltas expuse lo que creí que podría objetar uno de esos memos. “Quizás, J.J., podrían encontrar una aparente contradicción en que afirmes que no eres político y que te permitas, sin embargo, defender siempre a los de IU, y criticar a todos los demás. A ver, no te lo tomes a mal, pero imagínate que te digan que porque no cuestionas la manipulación que hemos hecho”

“Pero tienes razón Megafonoman, tienes razón, puestos a objetar podrían decir ese tipo de barbaridades. ¿Sabes que te digo? Que para evitar problemas, voy a hacer una asamblea como las que a mi me gustan, suelto mi discurso para quien lo quiera entender, y no admito preguntas. Y punto”.

Y así fue.

Megafonoman