Aznalcóllar - Sevilla

Llevamos días de infarto en la Catedral. A través de los moviles no han dejado de llegarnos las consignas del jefe supremo sobre lo que debíamos hacer o decir en cada momento. Yo tomaba nota sin cesar y le pasaba lo más significativo a Paco que a su vez se lo filtraba al bueno de J.J.

Todo parecía estar bien atado. J.J. había aprovechado todas las asambleas para lanzar las necesarias criticas a los sociatas, esquiroles, mariconas y hp, y los teníamos, y perdonen por la expresión, con el culo bien apretado. Pero de repente, entre el jueves y el viernes, todo se vino abajo. El primero en enterarse, como siempre, fue Paco el minero. “Al tanto, los esquiroles no sólo han exifido a la junta empleo para todos, sino que agilicen lo que ya esta encima de la mesa, los 10 de Tragsa, los 4 de egmasa, el tramite de los efermos, y los que han pedido el dinero”.

J.J. se quedó blanco como la harina blanca. Su mirada perdida se posó en el chilloni en busca de ayuda, a ese punto de desesperación había llegado. “Yo no puedo ir al sindicato, el pilas me ha regalado unas entradas para isla mágica
J.J. se repuso momentáneamente y me ordenó: “El móvil Megafonomani, corre a ver que nos dice el Jefe Supremo”.

Las directrices eran muy claras: Ni un paso atrás. Si a alguien de los nuestros se le ocurría ir al sindicato con los esquiroles que se preparara para recibir estopa de la buena.
Esos esquiroles, mariconas y hp nunca han sido de los nuestros

Megafonoman