poema Mi amor no necesita mobiliario ni esconderse con flores ni con músicas, ni siquiera escribirse entre poemas. Mi amor tiene argumentos suficientes como para que estén de más las sábanas. Porque, aunque clandestino, es más verdad que cualquier documento con colchón. Mi amor me huele a suelo, a contraluz y a contra todos. Al pecado y milagro entre sus manos del agua en mis heridas. Al calor del cuerpo contra el frío de la losa. Mi amor me sabe a tiempo disfrazado de prisa, y a la prisa convertida en paciencia si acurruca su cansancio en mi esperanza. DEDICADO A TODO AQUEL QUE TENGA MAL DE AMORES |