Arahal - Sevilla

No me ha gustado el resultado de las elecciones andaluzas, aunque lo acato,por supuesto. Pero, por simple higiene democrática, en Andalucía debería de gobernar el PP; y en Valencia el PSOE. De ese modo los ciudadanos nos enteraríamos de lo que ambos partidos tienen en común y aun hay algo oculto en sus respectivos feudos. Sin embargo, todavía me gusta menos que Andalucía siga sin voz ni voto en su propio parlamento y que episodios tan sucios y tan contrarios a los intereses de los andaluces como el de Caja-sur y el de la Capitalidad Cultural- por no hablar de la deuda histórica...-se podrían repetir hasta la náusea sin que ninguna voz, ni ninguna iniciativa, se levante en nuestro Parlamento para protestar ante tanto expolio y tanto avasallamiento por parte del partido gobernante de turno. Ciertamente, los andaluces debemos ser unos bichos raros, puesto que nos parece baladí la cuestión de que partido nos valla a engañar en los próximos cuatro años y, en cambio, nos parecen vitales cuestiones tan anodinas como que Andalucía posea un sistema bancario propio en vez de ser colonizados por la banca Catalana y Vasca, que es lo que esta ocurriendo. A fin de cuentas, ¿que supone eso ante la posibilidad de que el PSOE alargue unos meses su mandato? Si hay que darle al PNV Caja-sur y la Capitalidad para que ayude, pues se da; pero ¿se imagina alguien la catástrofe que hubiera supuesto para el país que el PSOE no pudiera podido alargar algunos meses su mandato? Así las cosas, lo más deseable seria que los andaluces metieran en el congelador ciertos ideales trasnochados, como que dentro del estado tengamos todos los mismos deberes y los mismos derechos, y que se sumen al apasionante juego de dilucidar cuál de los dos partidos nos va a engañar, nos va a patear el culo- como hizo el PSOE- durante la próxima legislatura. Eso es lo verdaderamente importante para Andalucía.