Almadén de la Plata - Sevilla

José Carlos Díez

"Ni todo era maravilloso en 2005, ni somos un desastre ahora"

En la última década España ha pasado de la euforia a la depresión. Los cambios han sido tan profundos que necesitamos sosiego y más perspectiva temporal para asumir y comprender lo que nos ha sucedido. Las sociedades sobrerreaccionan y se pasan de un extremo al otro. Ni todo era maravilloso en 2005, ni somos un desastre ahora.

En 1996 cuando Aznar y Rajoy llegaron a la Moncloa a una familia media española le costaba 3,5 veces su salario anual comprar una vivienda. Cuando salieron, 7 veces su salario.

España ha padecido una crisis de deuda. Esta patología viene precedida por un periodo de euforia y sobreendeudamiento previo. En 1996 cuando Aznar y Rajoy llegaron a la Moncloa a una familia media española le costaba 3,5 veces su salario anual comprar una vivienda. Cuando salieron de Moncloa en 2004 la misma vivienda a la misma familia le costaba 7 veces su sueldo anual. Esto es lo que la literatura económica denomina una burbuja inmobiliaria.

La entrada en el euro provocó una intensa bajada de tipos de interés y España volvió a acceder a los mercados financieros internacionales que había abandonado tras sus sucesivos impagos de deuda, inflaciones galopantes y devaluación recurrentes de la peseta. Es curioso que los nuevos partidos propongan políticas que nos llevaron a la pobreza y el aislamiento internacional durante más de un siglo.

Aquello provocó un boom de crédito y las familias españolas pasaron de ser las menos endeudas de Europa en los años ochenta a las más endeudas. Las empresas también se sobreendeudaron, especialmente los promotores inmobiliarios con la connivencia de la banca. El pinchazo de la burbuja de crédito internacional en 2007 provocó el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en España y una profunda depresión económica de la que aún no hemos salido.

La burbuja inmobiliaria fue made in Spain, consentida y dirigida por el PP

Italia tuvo las mismas oportunidades que España y no monto una burbuja inmobiliaria. Por lo tanto la burbuja fue made in Spain. Una burbuja consentida y dirigida por el Partido Popular cuando nos decían aquello de España va bien. Los gobiernos de Zapatero aprobaron una nueva ley del suelo y consiguieron frenar la burbuja inmobiliaria. Hicieron la mayor apuesta de nuestra historia por la I+D+i, la innovación y la modernización de nuestro aparato productivo. Consiguieron los primeros superávit públicos y la menor deuda pública de la democracia.

Pero no fue suficiente para evitar que la burbuja estallara y provocara la destrucción de 1,5 millones de empleos. Rajoy llegó como salvador de la patria en 2011 y seguía defendiendo que con el PP España iba e iría bien. Pero con su pésima gestión de la crisis de Bankia, presidida por Rato la imagen del España va bien, provocó el primer rescate de España desde 1957, la mayor fuga de capitales, de depósitos y de crédito de nuestro historia y la destrucción de otro millón de empleos.

Pero los españoles hemos hechos muchas más cosas en 37 años de democracia que montar una burbuja inmobiliaria. Lo más destacable ha sido nuestra gran apuesta por la educación y el desarrollo de infraestructuras. En 1975 España era un país ausente de libertad y de democracia y muy atrasado económicamente y con un porcentaje de analfabetos impropio de un país europeo. Desde entonces los españoles mejoramos nuestro capital humano y nuestro capital empresarial y hemos multiplicado por nueve veces nuestras exportaciones. El mayor aumento de exportaciones de la Unión Europea.

Gracias a esas mejoras de competitividad España ha creado 6 millones de empleos durante la democracia. Y del 20% de trabajadores en el campo en 1975 hemos pasado a sólo el 3% para producir muchísimo más que entonces, gracias a maquinaria, tecnología y buena gestión. Y gracias a esa competitividad España ha multiplicado por tres su gasto social por habitante desde 1980, algo que muy pocos países han conseguido en el mundo.

A España cuando le ha ido bien ha sido con gobiernos de izquierdas
El debate en España debería ser donde queremos estar dentro de diez años. Necesitamos que el próximo gobierno ponga las luces largas ya que para Rajoy el largo plazo es mañana. A España cuando le ha ido bien ha sido con gobiernos de izquierdas. Ha sido la izquierda la que modernizo España en los años ochenta y en sus gobiernos del siglo XXI. La grandes logros de la derecha han sido montar una burbuja inmobiliaria y subirnos los impuestos.

La propuesta de la derecha es no cambiamos nada en economía. Eso implica que el empleo de menores de 35 años seguirá cayendo, como lo hecho en 2015, los salarios seguirán cayendo y el empleo que se cree será precario. Significa que las pensiones seguirán congeladas, el agujero de la Seguridad Social seguirá creciendo, ya va por 35.000 millones, que se acabará pronto la hucha de las pensiones y nuestro sistema de pensiones principal pilar del estado de bienestar construido durante casi cuatro décadas quebrara.

Hay otra opción. Ponernos cuanto antes a modernizar aún más nuestras empresas y nuestro capital humano. Adaptarlo a la revolución tecnológica y a la intensa globalización en la que estamos inmersos. Acabar con el yo te lo hago más barato y los salarios bajos de Rajoy y transitar al: yo te lo hago diferente, con más innovación, con más calidad, con mejor servicio y buen precio.

Para salir de la crisis hay que apostar decididamente por tres políticas: educación, educación y educación

Para conseguirlo hay que apostar decididamente por tres políticas: educación, educación y educación. Una educación pública, laica y competitiva que nos sitúe en la gran liga de la innovación tecnológica donde se crean los mejores empleos y se pagan los mejores salarios del mundo. Ya tenemos muchas empresas españolas competiendo en esa liga pero necesitamos crear muchas más.

Construyamos un modelo propio de país, ganador en la globalización y a la revolución tecnológica que nos permita ayudar a Europa a salir de la crisis. Europa tiene problema y España debe tener voz propia y una posición activa para construir una mejor Europa y no ver a Bruselas como un sitio donde dan subvenciones agrícolas y nos exigen cumplir el déficit público.

Con esa visión Glocal utilicemos la plataforma europea para mejorar la gobernanza mundial, para poner orden en el caos de los mercados financieros y los paraísos fiscales, para mejorar la lucha contra el cambio climático o contra la pobreza y el hambre.

Ayer tuve un sueño y soñé que España conseguía de nuevo sus sueños imposibles. Esto nos jugamos en las próximas elecciones. Seguir igual, volver a políticas fracasadas del siglo pasado o apostar con determinación por un plan del siglo XXI para una España del siglo XXI. Tú eliges.

José Carlos Díez es Economista y autor de los libros ‘Hay vida después de la crisis’ y ‘La economía no da la felicidad’. En Twitter es @josecdiez

PD: !!Viva el PP, que otra vez esta pensando en volver a crear otra burbuja inmobiliaria¡¡ esperemos que no tenga oportunidad, seria canallesco.