Almadén de la Plata - Sevilla

El delegado del Gobierno en Valencia, ‘cazado’ jajajaaa cazando

Serafín Castellano recibió de una adjudicataria de la Generalitat 5.000 euros para una cacería y un rifle de 1.861 euros, entre otros regalos

C.G. | 13/03/2015

El actual delegado del Gobierno en Valencia, Serafín Castellanos, recibía presuntamente regalos de una de las empresas adjudicatarias de la Generaltat en su etapa como consejero de Gobernación, entre ellos 5.000 euros para una cacería, según denuncia un extrabajador de esa compañía.

“Para pagarse una cacería”
El testimonio del jefe de personal de la empresa adjudicataria, Avialsa, ha sido quien ha puesto entre las cuerdas al político popular, al declarar en sede judicial que escuchó que Serafín Castellano le había pedido al dueño de Avialsa 5.000 euros “para pagarse una cacería”.

Avialsa recibió contratos por más de 33 millones de euros
El testimonio puntualiza que esta petición se hizo entre los años 2010 y 2011 “y que finalmente este dinero se lo llevó Francisco Huguet [alcalde del municipio valenciano de Quartell] al Sr. Castellano”.

Según adelanta El Mundo, en la etapa de Castellano al frente de la Consejería de Gobernación, Avialsa obtuvo un contrato por 11.172.035 euros en 2008-2009 y otro de 22.657.852,44 euros en 2010.

Un rifle de más de 1800 euros
En medio de estas adjudicaciones, Serafín Castellano recibió de regalo un rifle semiautomático Browning valorado en 1.861 euros y fue invitado a varias cacerías organizadas y pagadas por la empresa adjudicataria.

Taroncher, el otro empresario amigo de Castellano
En estas cacerías todos los gastos (alojamientos, comidas…) corrían a cargo del dueño de Avialsa, Vicente Huerta, según declaró el ex responsable de personal de esta empresa. La invitación se extendía también a los amigos de Castellano, entre los que estaba el empresario José Miguel Taroncher, amigo del político popular y también adjudicatario de contratos públicos.

El exresponsable de personal declaró que había asistido con su antiguo jefe, Huerta, y con Serafín Castellano a tres cacerías (dos de perdices y una de patos). Según contó, el dueño de Avialsa contaba a los directivos de la empresa que durante la cacería había hablado con el entonces conseller “del tema de los aviones y de los contratos”.