Sanchonuño - Segovia

hace unos días se públicaba en el periódico "El adelantado de Segovia" la noticia de que en un pueblo Fuentepiñel de unos pocos vecinos habían instalado un filtro para corregir el problema del arsénico en el agua.ahora me pregunto: como un pueblo de poco más de 100 vecinos, ya pueda consumir agua del grifo y un pueblo como es sanchonuño lleve años arrastrando ese problema a la espera de la obra para traer agua del cega. además según el alcalde de Fuentepiñel el coste no sería muy elevado"unos 40000 euros", supongo que aqui costaría algo más por la mayor cantidad de agua a filtrar. ¿SOLO CUESTIÓN PÓLITICA????¿QUIÉN ES EL INTERESADO EN QUE LAS COSAS SE HAGÁN ASÍ?

la noticia del Adelantado (21/02/11)

MEDIO AMBIENTE
Como mancha de aceite
El arsénico, un problema que se expande.

El número de pueblos segovianos que se ha visto en la obligación de declarar su agua como “no apta para el consumo”, al haber superado el nivel autorizado de arsénico, no para de crecer. Con la precisión de un reloj suizo, la lista aumenta mes a mes, sin que de momento nadie sepa, a ciencia cierta, si la plaga remitirá.
Cuando los vecinos de Navalmanzano, Sanchonuño y Pinarejos ya se han acostumbrado a no poder beber agua del grifo, los de otras localidades segovianas están ahora en proceso de adaptación a una situación de la que no se sabe si será temporal o permanente.
Un hecho está claro. “Cada vez más pueblos tienen un nivel de arsénico en su agua superior al permitido”. El que así se manifiesta es Jaime Pérez Esteban, técnico de la empresa ‘J.M. Plaseges Agua S.L.’. Él lo ha vivido en carne propia, pues ha visto como su pueblo, Villoslada, tuvo que declarar el agua “no apta para el consumo” a finales de 2010. Pocos días después, ingresó en la nómina Fuentepiñel.
“El problema del arsénico en el agua subterránea es como una mancha de aceite, se extiende sin que nadie lo pare”, decía, la pasada semana, un vecino de Fuentepiñel. ¿Cuál es el origen de esta contaminación?. “Al parecer —explica Pérez Esteban—, cuando el nivel de los acuíferos baja, entra oxígeno, generando una oxidación que provoca que el arsénico pase al agua”. A este fenómeno se ha unido una legislación cada vez más restrictiva en cuanto a este elemento químico, ya que si hasta el año 2003 el máximo permitido era de 50 microgramos por litro, desde el 1 de enero de 2004 (en virtud del Real Decreto 140/2003) bajó hasta 10.
En Segovia, si 2010 se despidió sin dejar buenas noticias sobre la resolución de este problema, 2011 ha llegado con malos datos. Otros dos pueblos, Chatún y Campo de Cuéllar, han entrado en la “lista negra”, a la que parecen abocadas otras localidades de la comarca de Cuéllar y de Santa María la Real de Nieva.
Hasta la fecha, la mayoría de los pueblos con nivel alto de arsénico en su agua ha optado por la “solución” más sencilla, que no es sino la de repartir —o bien cobrando o bien regalando— agua embotellada. En Navalmanzano, por ejemplo, las botellas se dieron primero gratis, para luego pasar a cobrarse (1 euro por un pack de seis botellas de litro y medio), y después rebajar su precio a la mitad, una vez que el Ayuntamiento recibió una subvención para tal finalidad.
En Chatún, el pack de seis botellas de litro y medio cuesta ahora un euro. “La idea es rebajar ese precio, pero no se hará hasta que no sepamos qué cantidad nos sufragarán la Diputación y la Junta”, señalan fuentes municipales.
Una segunda solución al problema es la instalación de un filtro capaz de eliminar el arsénico del agua. En ese sistema, el agua que sale del sondeo pasa por un filtro con arenas de hidróxido férrico granular que logra adsorber el arsénico. Ya en 2009, el procurador del PSOE Octavio Cantalejo se posicionó a favor de tal fórmula, al entender que era “la más rápida”, advirtiendo entonces que, en caso de no optar por esa alternativa “los pueblos de Navalmanzano, Sanchonuño y Pinarejos continuarán otros tres veranos sin que salga agua potable por el grifo”.
Ahora, después de que Fuentepiñel acabe de instalar un filtro de ese tipo, esta alternativa se ha puesto en boga. “Es una solución casi inmediata, pues en una semana se puede instalar el filtro”, afirma Pérez Esteban, de ‘J.M. Plaseges Agua S.L.’, que también cree que, el coste de este sistema “no es demasiado elevado” (en torno a los 40.000 euros). Otra solución, para los pueblos afectados de la comarca de Cuéllar, es esperar a que llegue hasta ellos la canalización de agua desde el río Cega que está ejecutando la empresa FCC. “Espero que a finales de este año o comienzos del próximo ya podamos disfrutar de ese agua”, deseaba ayer el alcalde de Navalmanzano, Miguel Ángel Olmos. “Los vecinos de Navalmanzano ya se han acostumbrado a beber agua embotellada... ¡pero no podemos seguir así toda la vida!, declara el regidor, deseoso de que esta “solución definitiva” sea una realidad cuanto antes.
Aunque los pueblos afectados tienen otras opciones —hacer otra perforación, con la esperanza de que el agua que salga no esté contaminada por el arsénico; e intentar beneficiarse de algún trasvase, como el de La Churrería—, a fecha de hoy el dilema persiste. Y, mientras los ayuntamientos siguen repartiendo entre sus vecinos agua embotellada, deben elegir entre la instalación de un filtro o esperar que la construcción de una gran infraestructura (siempre larga) permita suministrar agua superficial de calidad.