Navas de Oro - Segovia

No me parece correcto la "moda" de referirse a SAN ANTONIO DE PADUA simplemente como Padua,no se puede comparar la importancia de nuestro santo con el lugar de nacimiento(con todos mis respetos a esa magnifica ciudad.
¿QUE PENSARIAN NUESTROS ABUELOS SI DURANTE LA PROCESION OYERAN ¡VIVA PADUA! EN VEZ DEL VIBRANTE ¡¡¡VIVA SAN ANTONIO!!! ...?
CREO QUE LA SUSODICHA "MODA" POR PARTE DE UNOS POCOS ES MUY POCO ACERTADA Y QUE ROMPE CON UNA TRADICION DE CIENTOS DE AÑOS.
POR LO TANTO ¡¡¡VIVA SAN ANTONIO!!!

Viva padua, me cago en dios

HAS QUEDADO, COMO LO QUE SEGURAMENTE ERES: UNA MIERDA DE GORRINO.

San Antonio nació en Lisboa y su nombre de pila es Fernando. Tomó el nombre de Antonio después.

Cuando conozcas Padova y te enteres algo de la vida "alucinógena" de la cosa que veneras, hablamos del tema.

Como "no conocemos Padova" y tu sabes tanto, cuéntanoslo, sácanos de esta ignoracia en la que estamos sumidos..........

Creo que deberías respetar la devoción de la gente y no mostrarte tan soberbi@

San Antonio nació en Portugal, pero adquirió el apellido por el que lo conoce el mundo, de la ciudad italiana de Padua, donde murió y donde todavía se veneran sus reliquias.
Después de predicar una serie de sermones durante la primavera de 1231, la salud de San Antonio comenzó a ceder y se retiró a descansar, con otros dos frailes, a los bosques de Camposampiero. Bien pronto se dio cuenta de que sus días estaban contados y entonces pidió que le llevasen a Padua. No llegó vivo más que a los aledaños de la ciudad. El 13 de junio de 1231, en la habitación particular del capellán de las Clarisas Pobres de Arcella recibió los últimos sacramentos. Entonó un canto a la Stma. Virgen y sonriendo dijo: "Veo venir a Nuestro Señor" y murió. Era el 13 de junio de 1231. La gente recorría las calles diciendo: "¡Ha muerto un santo! ¡Ha muerto un santo!.Al morir tenía tan sólo treinta y cinco años de edad. Durante sus funerales se produjeron extraordinarias demostraciones de la honda veneración que se le tenía. Los paduanos han considerado siempre sus reliquias como el tesoro más preciado.