El Cat Café. A unos avispados neoyorquinos se les ha ocurrido poner una cafetería con novedad. Cuando entras a tomarte un café te prestan un gato para el rato que tardes en tomártelo. Puedes acariciar al gato, sobarlo o jugar con él mientras estás en el local, y lo devuelves a la salida. La cola para entrar en el establecimiento daba la vuelta a la manzana. ¿NOS HEMOS VUELTO TODOS MAJARETAS, O EL ÚNICO QUE NO ESTÁ AQUÍ CUERDO SOY YO? Ya estoy persuadiendo a mis hijos de que abandonen las ingenierías que están cursando y se pasen a PSIQUIATRÍA. A todas luces, tiene más futuro. |