Vilvís - Salamanca

Donde estabas de Amaia Montero
Dónde estabas cuando toda mi alma
Se partía en pedazos preguntando por ti
Cuando el frio me caló hasta en los huesos
Y un profundo silencio te alejaba de mí
Dónde estabas cuando todo mi tiempo
Se perdía en buscarte para hacerte reír
Cuando tantas noches desesperadas
Suplicaba a tu boca que mintiera por mí
Dónde estabas cuando todo acabo
Dónde estabas cuando el sol se durmió
Dónde estabas cuando toda mi alma se cayó del balcón.

Los megas de mis sentimientos, desbordan tu buzón de correos

Una colección de pensamientos debe ser una farmacia donde se encuentra remedio a todos los males.

Yo cambio, la gente cambia, el mundo cambia, todo cambia... y tú sigues
en la misma calle del ayer.

La mayoría de las veces amamos las cosas y nos aprovechamos de las gentes, cuando deberíamos amar a las personas y aprovecharnos de las cosas.

La música es un sonar
que te ayuda a pensar.
La música expresa emociones.

La calle está vacía, hay lluvia en el cristal, la tarde es tan fría
y no te veo pasar.

Los bancos de tu calle, son de grato interes. En tan pocos años pasamos de ser jóvenes rebeldes a parejas bien.
Estan bien los bancos de tu calle, para sentarse la proxima vez.

Algo duele en tu interior, pero usas tu sentido del honor, tu valor
es algo en tí que siempre me admiró, me miras y no bajas la cabeza.
Pero veo que sigues subiendo la ceja.

Para cuando un hombre se da cuenta de que su padre tenía razón, normalmente tiene un hijo que piensa que su padre está equivocado.
Un idealista es un hombre que, partiendo de que una rosa huele mejor que una col, deduce que un plato de sopa de vinagre tendría también mejor sabor.

Sólo la brisa, compañera de nadie, habla siempre en voz baja.
El paraíso lo prefiero por el clima; el infierno por la compañía.

No hay nada más sincero que una mirada. El mas gesto romántico no es el que te obsequia la flor más bonita, es el que te regala la mejor de sus miradas.

Si te sientas en el banco de tu calle, hazlo mirando al camino que te queda por andar y no al camino ya andado.

Ese fue un buen período en mi existencia, a pesar de que tenía la sensación de estar suspendida en una nube, rodeada de omisiones y mentiras. A ratos creía asomarme a la verdad, pero pronto me encontraba otra vez extraviada en un bosque de ambigüedades.

A la misma hora en el mismo lugar,
El iba cada tarde para verla pasar,
Ella abrazada con el hombre aquel,
Y él enamorado de esa mujer.....
En la misma mesa y en el mismo bar,
Dejaba el corazón llorando por amor,
Por ese amor que le quitaba el sueño, la vida y la paz.....
Y luego por la noche él volvía a casa,
Un beso, una caricia de quien lo esperaba,
Siempre el mismo reproche, su mirada ausente,
Siempre la imagen de ella, dueña de su mente

Si exagerásemos nuestras alegrías como nuestras penas, nuestros problemas perderían importancia.