Martiago - Salamanca

https://ww.tribuna.net/noticia/55647/OPINI%C3%93N/ang%C3%A9lica-corral-onda-corta-minas-o-molinos.html


ANGÉLICA CORRAL / ONDA CORTA: ¿Minas o molinos?

No hace falta viajar a Canadá para ver un otoño esplendoroso, pleno de matices de colores, de hojas con tonos ocres, rojizos, pajizos. Con hojas que caen y alfombran el bosque. Con árboles que se desnudan al pasar. No hace falta viajar a Canadá, porque el espectáculo está servido. Estamos en El Rebollar, una subcomarca de la de Ciudad Rodrigo, al oeste de la provincia de Salamanca en un rinconcito a la vera de Extremadura y muy cerca de Portugal.

Nos encontramos en un entorno dentro de la Red Natura 2000 que aspira a ser Parque Natural, como Las Batuecas, como Las Arribes, que han recibido dinero recientemente para impulsar una zona que al turista le permite respirar mejor. Estamos en una zona reivindicativa, que exige buenas carreteras pero que no quiere molinos de viento en sus tierras.

La empresa Vientos de Gata ha presentado varias solicitudes para la instalación de parques eólicos en terrenos del Rebollar que afectan a los términos municipales de El Sahúgo o Martiago. Pueblos cercanos a la presa de Irueña, algunos de los cuales se han beneficiado de las obras accesorias, de sus piscinas, del nuevo puente, macro obra de ingeniería con patas de alambre que permitirá surcar la presa por los aires. Por cierto, que el vaso está ya deforestado y como no se avíen en llenarlo de agua, porque parte del llenado del vaso ya está permitido, van a volver a salir hojas verdes, con todo lo que ha costado. Lo dicho, Vientos de Gata busca rentabilizar en un futuro la orografía de esta parte de la provincia con gigantes aerogeneradores como los que abundan en la provincia gaditana, como los que decoran ya una finca de Las Veguillas.

Hay alcaldes que dicen no (los menos dicen sí por los beneficios económicos) aún sabiendo que este proyecto generaría dinero y puestos de trabajo. Más si los territorios circundantes se declaran espacio natural protegido como Las Batuecas, como Las Arribes, que han recibido una inyección de dinero. Y es que en los municipios rebollanos ser forestal y vivir del bosque es lo más. Aman sus árboles, miman sus plantas, cuidan sus tierras y no quieren que ningún don Quijote se cargue lo que les ha costado años mantener para que la energía eólica fluya. No, a pesar de lo sugerentes de los nombres de los potenciales parques, Apolo, Artemisa y Poseidón, dioses de la antigua Grecia, que ya tiene la declaración de impacto ambiental favorable.

En contra de todos los pronósticos, a pocos kilómetros del Rebollar, otros pueblos dicen sí a las minas de uranio. Fuentes de Oñoro o Saelices el Chico, también de la comarca de Ciudad Rodrigo, apuestan por yacimientos que generarían puestos de trabajo en caso de ser viable y suficiente la extracción de este mineral. Y dicen que lo será, pero quizás haya un telón de fondo que nubla la realidad de los hechos. Berkeley se empeña en confirmar que uranio, haberlo haylo y que antes de 2012 (apunten la fecha) podrían abrir nuevas minas. A ver.

Los socios de esta multinacional australiana se ponen contentos, corren la voz y se apuntan más socios, accionistas de una causa que para muchos está perdida. Se rumorea que no es oro todo lo que reluce pero que mientras la bola mediática siga creciendo, las acciones seguirán engordando. También hay voces en contra, como las de Ecologistas en Acción, que ha organizado una ruta de senderismo por Villavieja de Yeltes y Retortillo para enseñar a los lugareños lo que ya conocen, la belleza de la dehesa con un rico hábitat que quedaría dañado si las minas ven la luz finalmente.

Con molinos o sin minas. Con minas o sin molinos, lo que le hace falta ¡ya! a la comarca mirobrigense es que una empresa grande genere puestos de trabajo tan necesarios en el oeste del oeste. Un Ikea como Dios manda, y no es la primera vez que lo decimos en este mismo espacio, como el que van a abrir en Arroyo de la Encomienda de Valladolid. Negocio redondo que mantendría intactos los pinos de El Rebollar y las encinas de la dehesa.