Martiago - Salamanca

Fuente: www.ciudadrodrigo.net
(10-01-2014)

Escrito de la Asociación de Pescadores Cuenca del Río Águeda dirigido a la Junta de Castilla y León por la preocupación de las medidas y legislación sobre pesca y vigilancia de su cumplimiento.

“La Asociación de Pescadores Cuenca del Rio Águeda” la formamos un grupo de pescadores de la comarca de Ciudad Rodrigo. Nace en el año 2012, teniendo como una de sus finalidades dar a conocer los problemas relacionados con la actividad piscícola en nuestro entorno, así como buscar soluciones y plantear alternativas. A lo largo de los últimos años venimos observando que la gestión de los recursos pesqueros en nuestra zona es muy negativa; es decir, se basa sólo en prohibiciones y restricciones.

A continuación desglosamos los que a nuestro juicio son los temas más importantes que se vienen agravando con el tiempo: truchas, tencas, cormoranes y furtivismo. Y, en definitiva, podría empezarse con la pregunta que nos estamos haciendo cientos de aficionados:

¿Qué está sucediendo con la pesca en la provincia de Salamanca?
Comencemos con la trucha: A la cuenca del río Águeda vierten excelentes ríos trucheros como el Agadón, Mayas o Frío como cursos principales, sin olvidarnos también del río Chico, Perosín o Rubioso entre otros. Con la construcción del embalse de Irueña se han perdido más de 24 kilómetros de ríos trucheros, unos 14 km del Águeda y 10 del Mayas. Por tanto se han reducido de una manera significativa los tramos trucheros existentes en la actualidad estando éstos sometidos a una mayor presión pesquera. A esto añadiremos que hasta hace ocho años existían 2 cotos trucheros, el Olleros situado en el río Mayas con una longitud de 5´8 km y el Río Frío con una longitud de 4 km. Actualmente están vedados por motivos que no se han dado a conocer. Englobar también al río Francia donde existía el coto de pesca denominado Francia con una longitud de 6´5 km, que ha seguido el camino de los anteriores. Nos consta que se cerraron justificadamente por la sequía tan acusada que sufrieron aquel año, pero no entendemos que trascurridos ocho años sigan vedados. Si la administración no los quiere abrir como cotos, ¿por qué no se dejan tramos libres o libres sin muerte? ¿Por qué no se pueden reducir los límites de algún vedado como por ejemplo el del río Agadón? De esta manera se crearían más tramos pescables disminuyendo la presión sobre los ya existentes. No entendemos desde esta Asociación tanta cantidad de tramos vedados cuyos únicos beneficiarios son los furtivos.

Como ya hemos mencionado antes, observamos que, durante años, tanto la gestión como la vigilancia ha resultado nula o deficiente. La gestión se basa en vedar y prohibir. La vigilancia es prácticamente inexistente, ¿a cuántos de nosotros nos han pedido la licencia en el río o charca? ¿Se vigilan los ríos en verano, en época de freza o los vedados? Si no se vigila, para qué se prohíbe o se veda. Prohibiciones de cebos, anzuelos, señuelos… Más agradecerían las truchas la reparación de las pequeñas presas que jalonan nuestros ríos, muchas de ellas rotas o muy deterioradas, que garantizarían una lámina de agua suficiente todo el año para el mantenimiento y refugio de los peces; importantísimas en época estival. También agradecerían la construcción de escalas en las presas más altas que no están permitiendo el movimiento de los peces. Nos referimos a las antiguas pesqueras que forman una pared infranqueable y que existen en todos estos ríos. Y agradecerían sobre todo, insistimos, una vigilancia mucho más constante y eficaz.

Haciendo una ampliación al resto de Salamanca, denunciar el estado en el que están los cotos trucheros del Tormes sobre todo Villagonzalo con su famoso Hucho. No por sus capturas, sino porque son prácticamente impescables desde la orilla estando las veredas y servidumbres completamente cerradas, resultando inaccesible el coto en aproximadamente el 75% de su longitud. No hemos visto allí tampoco ningún tipo de vigilancia.

Otra mención es para el río Batuecas en lo que denominaremos un caso “de gestión especial”. Nos explicamos: Este río tiene un tramo libre sin muerte de 6 km de longitud que discurre por el límite con la provincia de Cáceres. Pues bien, la parte salmantina (margen izquierda) es sin muerte, en cambio la orilla cacereña es con muerte. ¿Tan difícil es ponerse de acuerdo entre administraciones? Como sea, pero que sea igual para todos.

Ahora la tenca. No sabemos cómo empezar. Desde el año 2012 “han dicho” que todas las charcas situadas en territorio de aguas trucheras tienen la consideración de aguas trucheras. Inexplicable. Esto supone pescar este ciprínido únicamente con una caña, sólo con lombriz y hasta el 31 de julio. Todas estas charcas están destinadas como abrevaderos para el ganado, hechas artificialmente muchas de ellas y en sitios en los que la única manera de que lleguen las truchas es volando. Si volando; es imposible que llegue trucha alguna por sus propios medios, ni en las que jamás se ha divisado ningún ejemplar salmónido. No sabemos los motivos que han impulsado a la administración con sus gestores de pesca al frente para tan sonoro disparate. Igual es que nunca han visto una charca. Seguramente. En este punto cabe reflexionar sobre las diferencias entre las charcas artificiales y las masas de agua que se generan en los cursos fluviales por la interrupción del mismo en época estival. ¿Terminaremos pescando las tencas con una caña de cola de rata a mosca seca? Creemos, a nuestro entender, que muchas leyes son retorcidas pero que nosotros mismos en su interpretación las hacemos más retorcidas aún.

La pesca de la tenca en el suroeste salmantino quita mucha presión pesquera a las aguas trucheras por la mucha afición que existe a la pesca de esta especie en la zona; es una tradición que se remonta siglos atrás. En vez de fomentar y promover esta afición con el acondicionamiento y repoblación para un uso deportivo de las charcas, compatibilizándolo por supuesto con el ganadero, ¡“dicen” que son aguas trucheras!. ¿Hay tiempo de volver al sentido común? En las charcas no hay truchas, no hemos pescado ni conocido jamás a nadie que en una charca haya pescado una trucha. Volvamos a dejar las cosas como estaban. Por favor. El mal ambiente creado entre el colectivo de pescadores lleva a la desilusión y a no respetar lo que creemos que son unas normas injustificables. Pedimos encarecidamente a la administración competente que reinvierta este proceso.

Los cormoranes. ¿Por qué no se hace nada con los cormoranes? Estamos viendo año tras año cómo a partir de septiembre se llenan de ellos nuestros ríos, pantanos y charcas. Siguen estando cuando las truchas son más vulnerables que es la época del desove, así como a las tencas que pueblan las charcas de donde no tienen escapatoria. Sabemos por observaciones directas que capturan un gran número de truchas, incluso las de gran tamaño. Sin olvidarnos del muchísimo daño que causan a otras especies como el barbo, la boga, etc. No hay 10 ó 20 cormoranes, hay muchos cientos en la provincia de Salamanca. En invierno no hay una masa de agua a la que te acerques y no se vea un grupo de ellos. Hemos localizado cuatro dormideros en la cuenca del río Águeda de más de 100 individuos cada uno. Probablemente haya más, ya que no se ha observado toda la cuenca, sino una pequeña parte de ella. Volvemos a pedir al órgano competente que tome las medidas necesarias para aminorar el mucho daño que esta especie invasora está causando.

El furtivismo. Sigue habiéndolo y mucho por desgracia. Hay ríos trucheros que los siguen masacrando con lejías en verano, se pescan los vedados, no se respetan las tallas, ni los cupos, ni las épocas de veda; se emplean trasmallos y realizan repoblaciones ilegales en charcas… Cada año vemos y escuchamos tantas fechorías sangrantes que resulta inviable enumerar en esta carta. Todo es debido a la sensación de impunidad por la ausencia total de vigilancia.

Antes de acabar, una reflexión para el cangrejo. Están desde hace años en todas las masas de agua, en todas en las que han sido capaz de adaptarse. Muchísimos años han tenido para ello y se acuerdan ahora de ellos. Pescarlos para matarlos a la orilla del río es un engorro garrafal (por llamarlo de alguna manera) en todos los sentidos. Lo saben. Y de buenas a primeras tampoco se puede utilizar como cebo.

Con este escrito se pretende hacer una crítica, dura en algún caso, pero siempre con una finalidad constructiva. Ustedes son los gestores y son los que toman las decisiones finales; pues háganlo pero desde el sentido común para que podamos todos disfrutar de nuestros ríos y charcas así como de las especies que las pueblan. No tomen al pescador como una especie dañina, la gran mayoría de los pescadores son respetuosos con el medio ambiente y leyes establecidas. El problema son esas minorías que tanto daño siguen ocasionando tan impunemente. Eso nos duele y mucho, créanlo. Muchos de nosotros esperamos ansiosos el comienzo de cada temporada truchera, también de la llegada de los primeros calores para arrimarnos a la charca; siempre con la intención de disfrutar al máximo, al mismo tiempo que desconectamos de los problemas cotidianos. Sólo se les pide, señores gestores, que fomenten y promuevan este maravilloso deporte y no nos líen con tantas trabas y normas indescifrables.

Floren. Aunque hace tiempo que no pesco nada, de nada. Encuentro este articulo muy completo e interesante para los pescadores, y para toda la gente del Alto Agueda, mismo para aquellos que no pescan nada como yo.
La protección de la pesca, de los ríos y del paisaje me parece muy bien y primordial. Pero pienso también que los cormorans pescan más que los pescadores que tienen licencia y los furtivos que no la tienen.
El problema de los cormorans es grave, yo diría mismo un escándalo, pues es una especie muy dañina para la pesca en agua "dulce" y que los cormorans es una especie que debería ser disminuida y hasta eliminada, pues cada cormoran puede comer más de un kilogramo de pesca por día, multiplicado por unos 400 que hay por esta zona y por todos los días del año, quiere decir, que mismo los pescadores con licencia y los furtivos reunidos, no pescan ni la décima parte que los cormorans. Así que aquellos que ponen las leyes, que pongan orden, porque con la crisis, sería mejor que fueran los pescadores que se comieran la pesca de los ríos, charcas y embalses, que esos pajarracos, que ya los están destruyendo en buena parte de Europa, porque son muy nocivos y destructores de especies autóctonas muy frágiles.
Democracia y gestión si, pero un poco se sentido común!
Un saludo

Mañana 1 de Febrero a las 11 h de la mañana se presenta la nueva asociacion de pescadores de la cuenca del Río Agueda. En el Bar Asturias de Ciudad Rodrigo.