La Alameda de Gardón - Salamanca

En nuestra provincia hemos tenido un gran torero que fue el niño de la Capea, pero muchos de nosotros no sabemos de donde le viene el nombre, pues bien, hoy he encontrado un articulo en un periodico digital que nos lo aclara:

"
CHAMBERÍ
La plaza que dio apodo a Capea
La creó Francisco Prado en 1964 y se mantuvo como punto de encuentro de toreros más de 20 años. Allí nació y aprendió a torear 'El Niño de la Capea'
17:29
VOTE ESTA NOTICIA
[Meneame]



Enviar

Imprimir

Aumentar el texto

Reducir el texto
Imagen de la plaza de toros de La Capea, en el barrio del barrio salmantino de Chamberí.
Imagen de la plaza de toros de La Capea, en el barrio del barrio salmantino de Chamberí. / Barroso

JAVIER LORENZO Lo que nació como una carnicería, se convirtió en un centro de ocio que acogía capeas y excursiones para turistas y, posteriormente, también en una Escuela para toreros en agraz, e incluso antes como centro de encuentro de maletillas de la época que llegaban al Campo Charro en busca de oportunidades y sabían que en La Capea había vacas bravas, toreadas o sin torear, pero vacas al fin y al cabo.

La Capea, en el barrio de Chamberí, fue punto de encuentro de ilusiones, de sueños, de verónicas y naturales que sirvieran para tratar de huir del frío y el hambre. Era el punto de destino, de aquellos héroes anónimos en sus orígenes, desde su fundación en los primeros años de los 60, hasta convertirse en el punto de encuentro en los 70 y 80 de los jóvenes que jugaban al toro y profesionales de la ciudad. Cerca de 30 años de toros en aquella plaza que se terminaría haciendo famosa por ver nacer en ella a una de las grandes figuras del toreo de Salamanca, Pedro Gutiérrez Moya “El Niño de la Capea”; que con poco más de 10 años comenzó a dar sus primeros muletazos de la mano de Francisco Prado, el impulsor y creador de aquella Escuela y plaza de toros de la que tomaría su nombre artístico. Tan pequeño era que fue el Niño, y como tenía que ser de algún sitio, ninguno mejor que La Capea: Así nació “El Niño de la Capea” en los carteles.

Así, La Capea se convirtió en la primera escuela taurina de la ciudad y Capea en el primer torero del barrio: “Había tanta desesperanza en aquella zona, que hasta que no fui torero de verdad y pasó tiempo ni se lo creyeron”, rememora. Pero de allí le quedan sus recuerdos e ilusiones de quien era un niño: “Allí, me sentaba en la calle y veía pasar a El Viti, con un mercedes azul, con su gorrita de campo cuando iba a tentar, y aquel era mi sueño, ser algún día como él, al igual que los Girones, Camino… Soñaba con ser como ellos, así cuando otros iban a jugar al fútbol, yo me iba a La Capea esperando conseguir la gloria”.

fuentes:https://ww.lagacetadesalamanca.es/salamanca/2013/02/17/plaza-dio-apodo-capea/86263.html