Tú eres el mejor y bien que los sabes
pues, te lo dijo tu abuela una mañana
en que entraba por la abierta ventana
aquella brisa marinera de tus mares,
tan rotunda, cargada de yodos y sales.
Quien no ha tenido abuela no lo sabe
y, si acaso, intuye avisado por terceros
que en algo destacará y será el primero,
como tú eres ahora. Clavero que abre
el arca donde España tiene sus caudales.
¿Pero para quien la abres?
No al común de los mortales
porque eso sería de mochales
y como dije, tú sí que sabes,
de eso y de evadir caudales.
Por eso eres timonel de las Españas:
Esa nave gallarda y muy marinera
que hiende con su proa a las olas
impulsadas por vientos levantiscos
que la derivan contra los rompientes
O contra las arenas traicioneras de las barras
donde han encallado siempre y encallan,
todos los afanes de estos sufridos pueblos
embarcados en ese ágil navío que comandas
con las rudas ideas de necio patrón de barca.
Sí que eres sabio sí,
te lo dijo tu abuela y ya te basta.
Por eso encarrilas este tren
directo a la frontera con Suiza
y exiges que te den la Cruz de Malta
pagando como siempre las Españas
un precio oneroso si hace falta pues,
tu ya sabes, que somos muchachinos,
que nos doras la píldora y tragamos.
Por eso eres, y quieres otra vez ser
de este panzudo galeón, el timonel.
Salud.