Foro- Ciudad.com

Villalba de Guardo - Palencia

Poblacion:
España > Palencia > Villalba de Guardo
08-03-15 17:55 #12500265
Por:delaheraluis

Dos historias de brujas
DOS HISTORIAS DE BRUJAS

En Villalba, como en muchos otros pueblos, se repiten ciertas historias, que la gente eleva por encima de la pura anécdota.
Las historias de brujas de los pueblos, se suelen dar, cuando acontecen cosas que, en un principio no tienen una explicación lógica y nacen en un hecho sorprendente e inquietante que lleva al miedo y cierta angustia.
De pronto, surge algo inexplicable y sorpresivo. Aparecen los miedos y temores y corre la fantasía.
Estas historias que pasaron en el pueblo, me han llegado por ciertos cauces y personas, y, aunque algo difusas, trataré de contarlas de la mejor manera.
Puede que si alguien las lee y da otra versión sea tan cierta como esta pero el núcleo de la historia es el mismo.
La casa de “Lo Señoritos” y la del tío Adolfo fueron protagonistas



PRIMERA HISTORIA, LAS BRUJAS DEL DESVÁN DEL TIO ADOLFO

Todos los miedos, incertidumbres y temores se ponían de manifiesto en la oscuridad y a solas. Y, casi siempre al atardecer. Cuando el día deba paso a la noche o era ya noche, y además en soledad.
La casa de la tía Basilisa y tío Adolfo, era de las del barrio de abajo. También llamado del “Regachín” porque allí iba a desembocar el arroyuelo que bajaba de la “Fuentona” y de la fuentecilla de la huerta de Marcos entre otros, y pasaba por la fragua para templar el hierro, desembocando en el arroyo de riego de las huertas y prados de “ las Suertes” . Dicho arroyo baja lamiendo los muros de “La Calzada” desde el vocal al norte de puente y desaparece bajo la casa de mi tío el cura y vuelve a aparecer pasada la casa de “Cotín” para seguir hasta la huerta del tío Santos que es su final.
Es una casa grande, de dos pisos ,más su desván.
Pues bien, una tarde de octubre, más bien ya de noche, su propietaria la tía Basilisa estaba con algunas vecinas; la tía Rosario, tía Francisca y tía Vicenta rezando el rosario en la quietud de la casa. La hornacha encendida, porque en las tardes de octubre se deja sentir cierto fresco que hace que las casas se vayan enfriando
No recuerdo porque misterio iban, ni viene al cuento, pero en medio de la rutina y monotonía de las avemarías un fuerte ruido las dejó paralizadas y silenciosas, expectantes.
Se suspendió el rezo de repente y todas se miraron con incertidumbre e inquietud, sin saber que decir.
Ellas, que habían pasado, a lo largo de su vida miedos y temores mil. Que no temían a la soledad, la oscuridad y las tormentas, se sobresaltaron y se quedaron mudas y petrificadas, sin saber que decir, ni que hacer. Pasado un rato de prudencial silencio, reanudaron la cantinela y monotonía de su rezo, esperando expectantes por si el ruido se volvía a repetir, cosa que no ocurrió más ese día.
Acabado el rosario, llegó el tío Adolfo y su hijo Elías, y aquel susto quedó en anécdota.
Al domingo siguiente, se volvieron a reunir para cumplir con su rezo y de nuevo en medio del mismo se escuchó otro ruido, que se repitió por dos veces.
Llegaron los hombres de la casa y les comentaron lo ocurrido, y que no era la primera vez. Pero como no se volvieron a repetir no le dieron importancia y prometió el tío Adolfo que subiré al desván para inspeccionar. Porque parecía, que era de allí, de donde provenían los ruidos.
Las mujeres lo fueron comentando a los vecinos y por el pueblo, se corrió la voz de que en casa del tío Adolfo había ruidos raros y brujas.
Comentarios de vecinos. Charlas de lavanderas. Fantasías de niños. Risas de mozos.
Durante varios días no pasó nada más, pero al rezo de rosario los domingos iban acudiendo algunas vecinas más que se iban alternando; la tía Eduvigis, tía Eliséa, tía María, la del tío Santos. Todas ellas estaban expectantes y con ese “pelillo” de curiosidad por ver o que pasaba.
Y, lo que tenía que pasar pasó
El último domingo del mes de octubre, las mujeres se reunieron, como siempre, para el rezo. Los hombres todos en la cantina, echando la partida o el juego de bolos. Acompañando a tía Basilisa algunas mujeres como cada tarde y en medio del rezo se escuchó el ruido de otras veces. Hecho el silencio, se volvió a repetir, cosa que nunca había pasado, Era como un arrastrarse algo por el techo. El silencio y la tensión se cortaban en el ambiente a medida que la inquietud crecía. Poco a poco, aquellas valientes mujeres comenzaban a reaccionar, a medida que el susto iba remitiendo.
-Viene de arriba-dijo la dueña
-Subamos a ver
Con sigilo y en silencio subieron al primer piso, pero no venía de allí el ruido sino del desván
Ahora era más continuado, con algún descanso. Algo se estaba moviendo, y además, ahora de vez en cuando al ruido lo acompañaba una especie de quejido o lamento sin descifrar. Todas se miraban, pero ninguna se atrevía a subir.
El desván de las casas del pueblo no tenía apenas luz. Una sola claraboya abierta bajo el alero, pequeña y mal tapada. Allí iban a parar todas las viejas cosas que ya no se usaban pero que podían volverse a usar otra vez o los hijos podrían necesitar. En un pueblo no se tira nada, porque todo es posible que vuelva a tener su uso u otro cualquiera. Se les cogía cierto cariño a las cosas a las que siempre se les sacaba algún partido.
Acceder al mismo era un poco complicado, pues se hacía por una buhardilla y poniendo una escalera. A lo cual, ellas, no se atrevían.
Así que, con el susto en el cuerpo, los pelos del cuerpo erizados, la piel de gallina, y en vista de que los ruidos y lamentos no cesaban salieron en busca de ayuda, todo nerviosas.
De las “Suertes” venía el tío Casimiro, comino de su casa “Calzada” arriba.
El tío Casimiro era el guarda del campo y tierras del pueblo. El último que hubo, Su misión era la vigilancia de las tierras y prados para que los animales no entrasen a pastar y comer donde no debía. El Ayuntamiento, cada año, ajustaba a este Guarda por una cantidad y un porcentaje en las denuncias que pusiera, por lo que era una autoridad en la guarda y custodia de los animales.
Era un hombre alto y fuerte de gran presencia física, y, lo que era más importante, con experiencia en enfrentarse a situaciones comprometidas con otros vecinos. Además, era una autoridad.
Le contaron lo sucedido y no puso inconveniente en tratar de averiguar aquel misterio
Mientras alguien ya había ido a avisar al tío Adolfo.
Casimiro fue testigo de aquellos ruidos y quejidos antes de proceder a resolver el entuerto
Subieron la escalera, y, antes de abrir la trampilla, comprobaron que estaba cerrada. Quedaba claro que de fuera nadie había entrado. La abrió con sigilo y antes de proceder a su plena apertura con el mango de la escoba golpearon el techo. Pero nada respondió a sus golpes. Las mujeres estaban nerviosas, la expectación enorme.
Se abrió la trampilla y nada sucedió.
Pidió el farol para alumbrarse y poder ver mejor, y al subir su cabeza al espacio abierto la bajó raudo al haber visto que algo se movía.
Proceso lo visto, tomo aire y pasado el susto procedió con calma y con asombró vio que una vieja caldera de cobre de las de hacer la olla de antes, se movía por el suelo del desván. Lo observó más tiempo y más tranquilo. Pidió la escoba y subió tres peldaños más para dejar al suelo a la altura de sus rodillas.
Cuando toco el puchero con la escoba, lo que ante parecían lamentos, se convirtieron en rebufos y maullidos, resoplidos de genio y enfado. Introdujo parte del rabo de la escoba por el borde y al levantar la caldera un gato salió disparado, miró por un instante al tío Casimiro al que mostro su blanca dentadura y sus encrespados pelos a la vez que sus ojos brillaban de amenazadores y, más asustado que el hombre, buscó una salida y perdiéndose por algún sitio del viejo desván, desapareció.
EL revuelo entre las mujeres fue enorme.
El misterio estaba resuelto.
Cuando el tío Casimiro bajó para explicarles lo sucedido, y estaban en grupo escuchando, el animal les dio el último susto. Saltó por la trampilla y, colándose entre las piernas de todos ellos se fue escaleras abajo rebufando y maullando.
En aquel momento el tío Adolfo abría la puerta de la calle y el animal chocó contra él y logró la libertad dando algunas volteretas.
Aquella misma tarde por el pueblo, se corrió la noticia de que la bruja del desván del tío Adolfo y tía Basilisa se había convertido en un gato, y, durante algún tiempo las explicaciones de lo pasado fueron diversas y divertidas.
Puntos:
09-03-15 16:33 #12501073 -> 12500265
Por:No Registrado
RE: Dos historias de brujas
Esta historia se la he oido contar a Pili la de Fael y a alguien más
Puntos:
10-03-15 04:24 #12501820 -> 12500265
Por:marblan

RE: Dos historias de brujas
Yo conozco y presencie la de la tia irene casa de luis trabas
Puntos:
18-03-15 14:53 #12519083 -> 12501820
Por:No Registrado
RE: Dos historias de brujas
Asi estaba el pobre trabado
Puntos:
13-04-15 17:51 #12560830 -> 12519083
Por:No Registrado
RE: Dos historias de brujas
Para lo que respondes.Mejor te callas
Estoy esperando la segunda historia
Puntos:
16-04-15 08:41 #12572367 -> 12560830
Por:No Registrado
RE: Dos historias de brujas
Pues vete a Salvame y te la cuentan
Puntos:

Tema (Autor) Ultimo Mensaje Resp
Historias de brujas Por: No Registrado 28-04-15 13:38
No Registrado
1
Historias de lobos LA BATIDA Por: delaheraluis 21-03-13 16:42
delaheraluis
0
como me llenan las historias que cuentas. Por: sflaa 06-11-09 20:17
delaheraluis
1
HISTORIAS AL AMOR DE LA HORNACHA Por: delaheraluis 09-10-09 19:09
delaheraluis
0
Simulador Plusvalia Municipal - Impuesto de Circulacion (IVTM) - Calculo Valor Venal
Foro-Ciudad.com - Ultima actualizacion:08/08/2020
Clausulas de responsabilidad y condiciones de uso de Foro-Ciudad.com