Villalba de Guardo - Palencia

RECUERDOS DE ENERO

Con los últimos ecos, que anunciaban la muerte de un año viejo y del mes de diciembre, nacía el Año Nuevo y el mes de enero
El mes de la ilusión, llegaba por fin.
Se esperaba la noche de Reyes y los regalos, pocos, pero siempre había algo, sobre todo, algún billete de peseta, algún juguete o chuchería, algún dulce y si se terciaba alguna navaja. Regalo altamente estimado por los niños.
Aún recuerdo la mañana en que cogimos a mis padres poniendo esos regalos en la ventana de la cocina por la parte de fuera. Como había que levantarse a ordeñar temprano, era el momento que aprovechaban para ello. Por entonces yo debía tener ya 11 años.
De enero recuerdo, además del frío, las heladas y nevadas, su luna. Cuando el cielo estaba despejado y cían fuertes “pelonas”. Como la luna de enero no había otra en el cielo en todo el año. Clara, luminosa, inquietante, limpia. Aquellas noches en las que coincidía con la luna llena y el suelo estaba nevado parecía de día.
Volvíamos a la escuela y, a partir de Reyes los días por la tarde se iban agrandando en luz. “La pata de un gallo” decían los mayores.
Disfrutábamos de las últimas picatuestas de las familias que tenían dos gochos para matar, y, había que cuidarse del helado viento del norte. Sobre todo si las Peñas estaban nevadas.
Los sabañones eran un mal menor y la punta de las orejas y la nariz nos convertían en auténticos duendes de cuento con so roja coloración
En cuanto al trabajo, era el mes más relajado.
Había que romper el hielo del Riín o de las charcas y arroyos para que el ganado pudiese beber y se solía ir por las tardes al corral a llevar algo de grano para las ovejas, porque era el mes en el que menos comida había en el campo
El Monte y el Soto estaban desnudos, porque por aquí apenas hay árboles y arbustos de hoja perenne, y, los pocos pájaros que no emigran se dejan ver y oír poco. La caza era la principal diversión cuando el tiempo acompañaba y la cantina se anima en las largas tardes de estos largos y fríos días en partidas y charlas que no tenían fin.

Con la luna de enero
te he comparado
Que no hay luna más clara
en todo el año
Si señor, las noches de enero con luna en Villalba son impresionantes
Muchas gracias y un saludo a los hijos del pueblo