Villalba de Guardo - Palencia

LA HEROÍNA DEL PUEBLO

El hogar del tío Hermenegildo y la tía Águeda está lleno de tristeza que se da la mano con cierta pobreza y escasez.
No son tiempos fáciles para ellos ni para otras muchas familias del pueblo. Los finales de siglo XIX y primeros del XX en Villalba no son ricos en buenas cosechas y en vender lo poco que se produce.
España, ha perdido sus últimas colonias y se debate entre la decadencia y la miseria. Sobre todo en los pueblos.
Muchos se van a hacer “las Américas” y otros se van del pueblo en busca de un futuro mejor. No sólo para ellos. Sobre todo para sus hijos.
En la vivienda antes mencionada las alegrías duran poco y son barridas por las tragedias cuando apenas se han disfrutado aquellas.
Más de una vez había pasado por la cabeza del matrimonio el irse a buscar otro futuro y nuevos horizontes, pero seguramente, por falta de dinero, no se había podido realizar ese proyecto. Así que, hasta la llegada de mejores tiempos sólo quedaba esperar.
Varios eran los hijos del matrimonio y pocos los que sobrevivían a la infancia, como en otras muchas familias del pueblo. La mortalidad infantil era muy grande y pocos llegaban a alcanzar la juventud y madurez.
La pobreza era tal, que muchas familias tenían poco para llevar a la boca de sus hijos y las madres, también mal alimentadas poco pecho podían darles para que sobreviviesen.
Tomás, el mayor de la pareja nace en 1887 y vive 6 años
Eusebio, nace en 1890 las vísperas de San Isidro y en vísperas muera un año después. Raimundo que nace en el varano de 1982 sólo vive un día. María, nacida en octubre de 1895 vive un mes. Un año más tarde nace Donato que morirá en vísperas de la Navidad recién cumplidos los 4 años. En 1898 nace Lino y el 1 de julio de 1901 hacia el medio día nace Leonor, nuestra heroína. En junio de 1903 nace Primo que va a morir una tarde de 1905 con 17 menes.
Ocho hijos; seis varones y dos hembras de ellos tan sólo Leonor y Lino van a sobrevivir.
El tío Hermenegildo y su mujer Águeda llevan como pueden su desgracia llenos de resignación y dolor.
Nacimientos y muertes se suceden sin descanso y tregua. El alma de los esposos se va quebrando y desgarrando a pedazos como roble viejo y moribundo que se niega a toda desesperanza. Mucha desgracia en tan poco tiempo
Águeda, comienza a perder fuerzas y se deja llevar por las desgracias, perdiendo la ilusión por seguir luchando con el nacimiento de su último hijo Primo. A sus problemas se junta desesperanza de no poderlo amamantar como quisiera, se siente seca y sin fuerzas y con la angustia de poder perderlo como los otros y, en el comienzo de una tarde de 1904, con 40 años, deja este mundo y se une a sus otros hijos muertos. El médico certifica una muerte que a buen seguro no fue esa su causa.
Para Hermenegildo, está pérdida fue un durísimo mazazo. Sólo y con tres hijos pequeños no sabe qué hacer, y deja pasar los días mientras va tomando decisiones. Y , de nuevo el destino, que parece no haberse saciado bastante con su familia le da un último golpe. Su hijo Primo con dos años de edad fallece un año después que la madre.
Sólo le quedan Lino y Leonor, desesperación a raudales y pocas fuerzas para seguir adelante, aunque el instinto de sobrevivir y sus hijos le empujan a delante ¿Qué hacer?
Angustiado, apenado y medio vencido toma la decisión de ir en busca de un nuevo futuro, lejos del pueblo donde sólo había conocido desgracias. Se marcha, pensando que al menos, sus hijos, podrían tener algún futuro más risueño y f algo más feliz.
Un día de no se sabe, que estación, mes y año, ordenó sus cosas y vendió lo que le quedaba. Subió a Guardo. No sabía aún adonde ir. Dejó en manos del destino esa decisión y alguien en el pueblo dicen que dijo que se iría en el tren que primero llegase, y ese futuro sólo tenía dos; caras Bilbao o León.
Nadie en el pueblo supo, hasta cuarenta años más tarde, que el destino había elegido León.
Acabada la guerra, muchos de los vencidos optaron por la clandestinidad y seguir la lucha en la clandestinidad o en el monte. Yo de niño recuerdo el nombre de Juanín y el Cariñoso con los que algunas veces nos metían miedo nuestros mayores.
El caso es, que en la última gran redada que se hizo en León contra la C.N.T. fueron apresados varios miembros de esta organización, así como simpatizantes y gentes que les había ayudado.
Su líder Antonio Tellado López había estado huyendo y escondiéndose malherido de casa en casa para escapar del cerco de la policía. Estuvo en casa de Manuela Cuervo vendedora de periódicos y al parecer amiga de Leonor ya que ambas vivían en Cantarranas números 1 y 3 y allí en una de las dos casas fue curado por el practicante Víctor Martínez. El día 9 de junio de 1945 fue detenida con otras personas y el 5 de diciembre de 1947 en el cuartel del Cid se les forma Consejo de Guerra por delito contra la seguridad del estado Causa 507/ 45 sentencia de 5/XII/1947 a Leonor Lobato Martínez se le impone la pena de 6 mese y un día de prisión menor.
En dicha causa aparece el nombre de nuestra heroína con su lugar de nacimiento y algún dato más.
España por aquellos años, recién terminada la guerra civil y con la dictadura mandando y un régimen penal más militar que otra cosa hace juicios rápidos y severos por lo que éste, no iba a ser menos.
Es posible que Leonor, vecina de Manuela, la conocida del dirigente Antonio, lo primero que pensará como buena samaritana, fue curar al herido sin importarle quién era, ni lo que había hecho.
Cuando a su puerta llama una conocida y vecina, acompañada de un hombre herido sólo piensa en dar cobijo y curar sin prever las consecuencias. Quizás tampoco piense que aquel acto pueda tener las consecuencias que tuvo de ser juzgada y sentenciad por ello. Cómo si no tuviesen las gentes pocas penalidades en aquellos difíciles años de posguerra.
Leonor, mujer de gran corazón pagó como no pensaba su acto de ayuda y así debió de entenderlo el juez porque su pena fue menor comparada con los sentenciados a muerte y apenas mucho mayores de otros.
No sabemos, si alguna vez, entre sus recuerdos de infancia recorrió las calles de Villalba, o, si su hermano o padre, le hablaron de él. Pero que se sepa ni ella, ni sus descendientes, si los tiene, lo hayan visitado.
Pero hoy, yo he querido recobrar su gesta porque al fin y al cabo es una hija de este gran pueblo que es el nuestro.

P.D.-Los que queráis saber más de esta causa podéis consultar en internet “La CNT leonesa en la clandestinidad” Gran redada de 1945

¡¡¡¡VAYA HISTARIA !!!!
¡¡Pobre gente!! con lo que paso esta familia seria de reconocer que no les contasen algo de su historia en Villalba
Lobato Martinez , unos apellidos muy conocidos en Villalba ¿ tu apellido tiene que ver con el de esta heroina ? ¿ Que familia quedo , hay alguien del arbol genealogico en villalba ? . Estas historias me gustan leerlas y conocer a los protagonistas (mera curiosidad)
Saludos