Amiguismo y enchufismo Que decir de estas dos palabras tan sobradamente conocidas por todos. Palabras que nos llevan a la honradez de las personas. Nunca hay amiguismo, y por descontado, enchufismo, menos. Todo se hace con luz y taquígrafos. Eso si, con la luz de la luna nueva, y los taquígrafos mancos, sordos, ciegos y mudos. Nadie ha colocado, primos, hermanos, sobrinos, cuñados y demás parentela en ningún sitio. Todos son honrados hasta la médula. Y el que diga lo contrario, le meten una querella por atentar contra su honor. Como si supieran lo que es eso, y como si lo tuvieran. En esta España de mis amores, las dos palabras están a al orden del día. ¿Dónde? No tendríamos que irnos muy lejos. Miremos a nuestro alrededor simplemente. Empresas creadas para la mujer, o el cuñadísimo. Empresas totalmente legales que luego son las destinatarias de las diversas contratas oficiales. Eso si, queda muy bien sacar a concurso lo que sea, porque así lo manda la ley, pero luego… yo y los míos escogemos a los que nos pasan por los atributos, sean masculinos o femeninos. ¿Qué mas da que sea más cara?. Es que es de mi primo, y para que se la lleve otro que no conozco de nada…. El amiguismo-enchufismo se practica a todos los niveles. Cualquiera que tengo algo de poder, es susceptible de practicarlo a su nivel. ¿Qué tengo que contratar a alguien para este puesto?, pues llamo al primo de mi cuñado que no trabaja. ¿Qué hace falta titulación?. Nos sacamos de la enorme manga que tenemos un anexo a la oposición para que la que él tiene sea la buena. Eso si no tienen plenos poderes con lo que hacer lo que les viene en gana, y sin nadie que los controle. Amiguismo-enchufismo, cáncer de una sociedad corrupta. Este cáncer, no tiene cura, porque lo llevamos muy adentro. Habrá gente honrada, no me cabe duda. Pero como siempre destacan los malos, los corruptos Si algún día esas corruptelas de medio pelo desaparecieran, estaríamos haciendo una sociedad más justa, y sería el principio del fin de los grandes corruptos. ¿Qué hacer?. No callarnos. Denunciarlos, ponerlos al descubierto, sean quienes sean, pero… si el que les tiene que llamar al orden, -denunciarlos ante los juzgados, expulsarlos de su trabajo, expedientarlos-, es el mismo perro con distinto collar… y las hienas entre ellas no se muerden. Qué pena de país. ¿Qué has hecho, España, para merecer tener unos hijos así, unos hijos de… la gran bretaña? Esto es lo más triste. Hemos aprendido a vivir con la corrupción, lo vemos normal. Cuando nos enteramos de un caso cercano, aun hacemos comentarios como: “es normal, yo también lo haría”. Así nos va. Corruptos, manipuladores, practicadores del amiguismo-enchufismo, no merecéis ningún respeto, solo el más absoluto de los desprecios. Os detesto. |