Veintiún años Veintiún años de silencio. Veintiún años de sufrimiento. Veintiún años de risas y alegrías. Veintiún años de lágrimas y dolor. Has aparecido por los juzgados a decir algo que, presuntamente, has ocultado veintiún años. Gafas oscuras y traje y sonrisa de protagonista. Me resultaste cuanto menos repulsivo. Si declaraste en el primer juicio, es posible que no te ajustaras a la verdad, es posible que ese corporativismo mal entendido y peor defendido, te llevara a decir algo no exacto. No lo se. Solo se que mientras tú y los demás vivías, Antonio y los suyos sufrían. No pudo salir más con sus amigos, vosotros si. No pudo ir a divertirse más, vosotros si. Seguiría haciendo comparaciones líneas y líneas, pero…¿de que serviría?. Antonio, lleva más de 500 días viviendo ante los juzgados, sin vivienda, porque 400.000 euros de costas del juicio se llevaron su casa. Tu y resto del equipo medico que estaba presente, seguís viviendo en vuestros pisos. ¿Qué te ha hecho ir hoy a declarar al juzgado?, ¿tu conciencia?, ¿remordimientos?. Unos remordimientos tardíos y una conciencia extraña. Pero… más vale tarde que nunca, aunque en este caso, yo tengo muchas dudas sobre tu honestidad moral. Nadie le devolverá a Antonio su vida, pero por lo menos, sabrá él, su familia y nosotros que no todas las presuntas negligencias médicas quedan en nada. Lastima que hayas tardado veintiún años en hablar. |