Mollina - Malaga

El Gobierno dilapida casi 100 millones en subvenciones

El reparto de subvenciones no cesa. El Ministerio de Economía ha adjudicado casi 100 millones de euros para los próximos dos años a una treintena de empresas. A pesar de la política de ajuste y altos impuestos por la que ha optado el Gobierno, la cartera presidida por Luis de Guindos no afloja el ritmo de reparto de ayudas públicas.

El Boletín Oficial del Estado (BOE) con fecha del 30 de junio recoge el despilfarro llevado a cabo con un motivo un tanto sorprendente. La resolución de las 'empresas afortunadas' afirma que las ayudas concedidas por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) en 2012 para Andalucía "están destinadas a fomentar la cooperación estable público-privada en investigación y desarrollo (I+D) en áreas de importancia estratégica para el desarrollo de la economía española (Programa FEDER-INNTERCONECTA)".

Una de las compañías más beneficiadas es EADS. A pesar de ser una empresa que registra beneficios (594 millones de euros en el primer semestre), el grupo aeronáutico recibe una cuantía que supera los 17,5 millones de euros por parte del Gobierno español.

En este caso, los conceptos a la que se destina el efectivo son varios. Por ejemplo, las ayudas públicas contribuirán a "estructuras en composites y materiales ligeros para procesos sencillos de embalaje o al desarrollo de secciones anteriores de fuselaje inteligente para operaciones de transporte y asistencia".

Abengoa, de Montoro de nuevo en el listado de subvencionadas
Otra de las empresas que figuran en la relación de subvenciones es Abengoa, una compañía con unas relaciones un tanto sospechosas con ciertos miembros de la Administración y más en concreto con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

La partida que le corresponde a Abengoa asciende a casi 11 millones de euros. Los títulos del proyecto son de los más 'variopinto' como "desarrollo de nuevos componentes para la tecnología solar cilindro parabólico para muy altas temperaturas".

No corren buenos tiempos para la economía española y más teniendo en cuenta que una mano gasta bastante más de lo que la otra recoge.

El esfuerzo de los ciudadanos parece no verse compensado por el que hace la Administración y ante ello cabe preguntarse si es necesario tener una fiscalidad cada vez más elevada si finalmente parte de la recaudación de esos impuestos van a empresas rentables, extranjeras y que en definitiva aporta una contribución mínima a la cadena productiva del país.