la penetraciÓn del psoe en la prensa escrita El PSOE suele quejarse amargamente de que no controla la prensa escrita en Andalucía. Es cierto sólo en parte. El País, de influenjcia regional multiplicada por sus altavoces radiofónicos, y El Correo de Andalucía sirven con pasión y disciplina a las facciones a las que obedecen. Pero hay otros muchos periódicos y diarios digitales de menor envergadura que están a la disposición del PSOE, muchos de ellos dependientes de las subvenciones públicas que otorgaban las diferentes instituciones controladas por los oligarcas del PSOE. En este capítulo se cuenta cómo el partido triunfante en 1982 intentó controlar toda la prensa andaluza vía compra, vía patrocinio, vía publicidad institucional, utilizando incluso el dinero de todos los andaluces para conseguirlo. LA PUBLICIDAD INSTITUCIONAL COMO MEDIO DE PRESIÓN DEL PSOE A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Siempre se ha sabido que del dicho al hecho va mucho trecho. De lo que dice el espíritu de la Ley de Publicidad Institucional de Andalucía de 1995 a lo que se ha hecho con ella, va todo un incumplimiento flagrante y, por ahora, salvo excepciones, impune. Pero tómese nota que de 1982, fecha de la primera victoria electoral socialista en Andalucía hasta casi catorce años más tarde, la publicidad de la Junta andaluza no estuvo regulada por Ley. Lo que se decía en el preámbulo de tan “noble” Ley era lo siguiente: “La publicidad es fuente primordial de financiación de los medios de comunicación, y en la que el peso relativo de la emitida desde la Junta de Andalucía, sus organismos autónomos y entidades o sociedades de ella dependientes así como desde otras Administraciones públicas territoriales, adquiere hoy una notable relevancia. Dado que por vía de adjudicación de la publicidad de forma directa o indirecta dimanante del sector público se puede afectar a la subsistencia y libre competencia entre los medios de comunicación social y que éstos son el sustrato insustituible de los derechos constitucionales garantizados en el artículo 20 de la Carta Magna, es exigible en un Estado de Derecho preocupado por la existencia real de los derechos y libertades que posibilitan la democracia, que el legislador arbitre los medios para evitar toda competencia desleal promovida desde el sector público que incida negativamente en el pluralismo informativo.” Pues a pesar de que los sistemas de cuantificación de audiencias se han perfeccionado y que los anunciantes y anunciadores se fundan en ellos para calcular precios y costos, nada de eso tenía importancia en Andalucía donde el interés del partido dominante se ha sobrepuesto a todo lo demás. Tan cuidadoso es el PSOE, en general, con sus intereses partidistas en la comunicación que se ha llegado a decir que no es más que una agencia de publicidad con diputados. Pero la pericia comunicacional no es suficiente para quien tiene el proyecto de extender una tela de araña sobre una sociedad. Hay que animar, además, a los medios afines para que las propias ideas, imágenes y mensajes muevan la voluntad de la mayoría de las personas hacia un voto determinado. Igualmente, hay que castigar a los medios adversarios para que desistan de sus comportamientos críticos. Lo que se busca no es la libertad sino el control. El padre legal de este control moderno no fue Gaspar Zarrías, que no necesitó nunca la legalidad para su trato con los medios, sino Luis Planas Puchades, que fue embajador en Marruecos, embajador ante la Unión Europea y por entonces, consejero de la Presidencia de Manuel Chaves....... |