Guaro - Malaga

Un ayuntamiento contrató durante años a falsos policías

Tenían uniforme, placas, carnés profesionales y no habían pasado ninguna oposición

PABLO D. ALMOGUERA / MÁLAGA

Día 18/01/2012

Vestían como policías, tenían placas de agentes y un coche patrulla con el que recorrían las calles del pueblo. Pero no eran policías, sino vigilantes que llevaban años contratados irregularmente y que testificaron en juicios, practicaron detenciones y realizaron otras funciones para las que no estaban autorizados según la ley. Una situación de la que culpan al alcalde y de las que éste se defiende señalando que actuaron por libre.

La gestación del futuro cuerpo de la Policía Local de Guaro, en Málaga, está plagada de una serie de sombras que han acabado en el juzgado. Al menos dos de los tres agentes que hasta el año pasado estaban contratados por el Ayuntamiento han declarado ante la autoridad judicial que realizaron labores para las que no estaban facultados legalmente y por las que habrían podido incurrir en supuestos delitos de usurpación de funciones. Las presuntas irregularidades se iniciaron cuando los componentes de la plantilla, mientras se redactaban y publicaban las bases del concurso público para tres plazas de auxiliar de Policía Local, son dados de alta por el Consistorio como vigilantes municipales, tal y como se recoge en los contratos laborales a los que ha tenido acceso este periódico. Esta figura en desuso también exige la convocatoria de oposiciones, algo que en Guaro no se hizo.

La ilegal situación laboral de los agentes se prolongó durante cerca de dos años, tiempo en el que realizaron tareas propias de policía local, a pesar de que la Ley Orgánica 2/1986 de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y el decreto 159/2006 de la Junta de Andalucía especificaba claramente sus funciones. Ejercían como agentes de la autoridad, aunque la Ley 13/2001 de 11 de diciembre de Coordinación de las Policías Locales negaba este extremo, disponían de carnés profesionales autorizados por el Consistorio y llevaban grilletes y una uniformidad propias de un policía funcionario de carrera como guantes anticortes.

Más allá de las responsabilidades penales que se puedan derivar del proceso de contratación y del hecho de que los agentes hayan ejercido como vigilantes municipales y policías locales de forma ilegal, se da la circunstancia de que esta situación podría anular todos los procesos en los que hayan participado al producirse un defecto de forma. «Es una total irresponsabilidad lo ocurrido», señaló un experto en materia de cuerpos de seguridad consultado por ABC, quien apuntó que el alcalde habría incurrido en prevaricación, mientras que los falsos policías se podrían enfrentar a una acusación de usurpación.
Arrestos y declaraciones

Fuentes municipales, por su parte, quitaron hierro a la labor de instructores de los contratados y apuntaron que estaríamos hablando de «un puñado de multas». No obstante, los mismos agentes han señalado en sus denuncias que llegaron a practicar detenciones, de lo que se podrían derivar delitos de detención ilegal, pero precisando que no sabían que estaban ejerciendo irregularmente.

Éstos han señalado al alcalde del municipio, Sebastián Rueda, como la persona que propició esta situación. El regidor, en declaraciones a este periódico, manifestó que «algunos fallos habremos cometido» en lo relativo a las contrataciones, aunque se desvinculó totalmente del posible delito de usurpación precisando que «se les advirtió de que no podían hacer otras tareas que las propias de vigilante municipal».

Rueda recordó que incluso impidió que los agentes portaran armas de fuego después de que pasaran un presupuesto al Consistorio y que les reclamó en diversas ocasiones que no llevaran esposas. «Es cierto que usaban las dependencias de la antigua Policía Local y que patrullaban con un coche de este cuerpo», reconoció.

El alcalde señaló que el conflicto con los agentes se acrecentó después de que éstos le pidieran que las oposiciones a auxiliar de Policía Local se hicieran a medida de su perfil «tras comprobar que se habían presentado unas 40 personas mejor cualificadas». «Su obsesión era quedarse fuese como fuese, y más en estos tiempos de crisis, pero tienen que pasar la convocatoria», incidió, sin poder aportar una versión clara de por qué entonces entraron a trabajar para el Ayuntamiento sin realizar la pertinente oposición.

Sebastián Rueda también manifestó que había cierto malestar en el municipio con el proceder de los contratados como vigilantes y que por eso decidió despedirlos el año pasado. Además, explicó que antes de dar por concluida la relación contractual, se dieron de baja «alegando depresión» como represalia y medida de presión.

https://ww.abcdesevilla.es/20120118/andalucia/sevp-ayuntamiento-contrato-durante-anos-20120118.html