Cuevas de San Marcos - Malaga

GIBRALFARO.uma.es – N.º 72 – Mayo-Julio 2011 – Pág. 15

MITOS Y LEYENDAS

EL CID VELA POR BURGOS

Por José Antonio Molero


EL PEREGRINO SE había extraviado. El camino a Santiago de Compostela parecía haberse difuminado entre las quebradas y los pedregales de aquellas solitarias tierras. Quería entrar en Burgos antes de la anochecida, pero el sol fue más raudo y las sombras nocherniegas le ocultaron con su negro manto los senderos.
Desde un otero podía vislumbrar las mortecinas luces de la ciudad, pero no quiso aventurarse entre zarzas y ortigas, con riesgo de caer por uno de los muchos barrancos que horadaban aquel desolado terreno.
Allí, al arrimo de una encina, pasaría la noche y, a la mañana siguiente, con el alba, continuaría su camino hacia Santiago.
Al poco, en un acto providencial, un pastor de ovejas merinas que apacentaba el ganado por aquellos pagos llegó hasta el sitio donde estaba el romero, con quien compartió el vino y el queso que aún llevaba en las albardas.
Al calor del fuego, los recientes amigos conversaron apaciblemente. Hablaba el pastor de su rebaño y si era tiempo de esquilar, o si el queso estaba bien curado, o si aquellos montes eran propios para el pastoreo. El peregrino narraba sus aventuras en Puente de Reina y en Logroño, y decía cuántos deseos tenía de visitar el Papamoscas de Burgos, Frómista, León, Astorga, Ponferrada y llegar al fin a Santiago para abrazar al Santo Apóstol.
[…]


A LOS INTERESADOS:
Fragmento de la leyenda «El Cid vela por Burgos», redactada por José Antonio Molero, y publicada en la sección MITOS y LEYENDAS del N.º 72 de la revista digital GIBRALFARO. Podéis continuar su lectura en:
https://ww.gibralfaro.uma.es/leyendas/pag_1740.htm.
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